El gobierno Argentino ha iniciado el camino de retorno a los mercados financieros internacionales. Comenzó pagando unos juicios del Ciadi, siguió con la indemnización por la expropiación de YPF, y finalmente acordó con el Club de Paris. Esto le da mucha más credibilidad al gobierno, sin embargo, aún resta por acordar con los bonistas en cesación de pagos, lo que daría por culminada la década de tropelías con los acreedores externos.
La deuda pública Argentina ascendería a U$S 210.000 millones, de los cuales la deuda exigible no sería superior a los U$S 110.000 millones, producto de que buena parte de la deuda externa está en manos de organismos del Estado como es el caso de la Anses. Para el año 2015 los vencimientos ascenderían a los U$S 11.000 millones de dólares, de los cuales U$S 6.500 millones sería el vencimiento del Boden 2015.
El próximo 12 de junio la justicia americana decidirá si: la Corte de Estados Unidos toma el caso de la argentina, entretiene a los acreedores solicitando nuevos informes o no toma el caso. En esta última opción Argentina la pasaría muy mal, porque debería cumplir con las obligaciones emergentes de los últimos fallos, que son muy desfavorables a nuestro país.
Por este motivo, en la semana que termina, los bonos subieron tímidamente. Sin embargo, si la corte americana toma el caso o solicita nueva información, estaremos frente a un escenario muy alcista para los títulos argentinos.
Argentina, si logra un acuerdo favorable con los bonistas en cesación de pagos, podría comenzar a tomar financiamiento público, para realizar obras de infraestructura, y liberar partidas presupuestarias para achicar el enorme déficit fiscal que ascendería a la friolera de $ 200.000 para fin de año.
Si bien, Argentina muestra un cambio de actitud manifiesto, ya que se despoja del slogan vivir con lo nuestro y desendeudarse, la llegada de fondos frescos difícilmente pueda ascender a la suma de U$S 25.000 millones, que es el dinero necesario para solucionar todos los problemas de nuestra economía. Sin embargo, tomando cerca de U$S 10.000 millones, muchos problemas se atenúan, y hasta podríamos decir nos permiten ser muy optimistas a futuro.
Las reservas del Banco Central ascienden a U$S 28.500 millones, todavía resta liquidar 2/3 partes de la cosecha de soja, y cerca del 60% de la cosecha de maíz, es muy probable que para fin de año contemos con esta misma cantidad de reservas en el Banco Central.
Con la llegada de financiamiento externo, el Banco Central podría reducir la emisión monetaria destinada al financiamiento del Estado. De esta forma, no estaremos ante la presencia de una mega emisión de pesos, lo que quita del escenario la posibilidad de una inflación descontrolada, o una suba de tasas extrema.
Seguimos en un contexto de actividad económica amarreta, en donde las empresas se mueven en un entorno de alta presión tributaria, ventas estancadas y altos costos laborales. Esto implica que las empresas seguirán condenadas a un menor margen de ganancias, a pesar de que el Estado en la segunda parte del año, se verá desahogado de las presiones financieras y fiscales.
La normalización de la deuda pública es bienvenida, y el acuerdo con el Club de Paris fue un éxito que saludamos fervientemente, pero hubiera sido mucho mejor si no llegará con 12 años de atraso.
Argentina ingresa en tiempo de descuento, restan 18 meses para que termine el mandato de Cristina Fernandez de Kirchner. La gestión que culmina le abre la puerta al país a los mercados mundiales, la administración que viene con promesas de cambios, financia al que se retira. Estamos ante una transición digna, no traumática y estratégica, para los que se posicionen en el país de cara al próximo lustro.
Los mercados están a punto de caramelo. Los títulos públicos que muestran rendimientos del 11% anual, deberían ver bajar sus pretensiones a solo el 8% anual. Creemos que muchos títulos tienen un escenario de suba no menor a U$S 5. Por ejemplo el Bonar 2017 que en bolsa vale U$S 90,50 podría valer U$S 95,00 y seguir pagando el U$S 7 al año de renta. Es una muy buena opción para comprar y esperar. El Bonar 2024 vale en bolsa U$S 88,00, no sería extraño que cotice en torno de los U$S 92,00 y paga una renta de U$S 8,75 al año. Son ganancias muy altas para los tenedores de títulos públicos, y para los que desean ingresar al maravilloso mundo financiero de la bolsa Argentina.
En materia de acciones, la suba de bonos impulsaría a las empresas bancarias. Una apertura internacional del país, podría financiar al encadenamiento productivo del petróleo y la energía, con lo cual YPF y sus proveedores, como las empresas energéticas tendrían un escenario muy positivo por delante.
Conclusión:
1) No festejar antes de tiempo, Argentina tiene que terminar de arreglar la deuda con los bonistas en cesación de pagos. El 12 de junio es la fecha clave.
2) Si acordamos con los bonistas o postergamos la definición para el año 2015, los mercados comenzaran a descontar un escenario positivo, y el riesgo país caerá, con la consecuente suba de la mayoría de los títulos públicos cotizantes en Argentina y en el exterior.
3) Las acciones mostrarán un fuerte repunte en el mercado, ya que las empresas verán abrir las puertas del financiamiento internacional a sus proyectos.
4) Estos pasos cierran la puerta a las políticas erradas de vivir con lo nuestro o el desendeudamiento, sin embargo no todo cambiara de un día para el otro. Argentina necesita mostrar que sus cuentas fiscales están equilibradas, y esto nos genera un interrogante a futuro.
5) Estamos a 18 meses de las elecciones, y la administración que culmina abre las puertas de los mercados mundiales, y las propuestas que se anotan para suceder a la actual administración tocan la misma partitura, esto podría implicar que el que viene financia la salida de la gestión actual, lo cual borra del escenario los pronósticos apocalípticos.
6) Axel Kicillof se transforma en la nueva estrella del gobierno. Hizo lo que debía hacer, pero no es poco si medimos los riesgos que corríamos. Felicitaciones para el equipo económico, pero cuidado, si no ajusta el déficit fiscal la recuperación económica no será inmediata. El sector privado necesita menos impuestos y más crédito, consumo y empleo.
Por Salvador Di Stefano. Consultor Económico