Un alerta para este otoño-inivierno más que preocupa a los productores y técnicos de todas las regiones productivas. Se trata de una combinación de eventos climáticos que no sucedía hace 20 años.
Según datos del último informe de la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, de los Estados Unidos), “La Niña continuaría en el invierno del hemisferio sur con un 53% de probabilidades (junio/agosto de 2022)”, adelantó la Bolsa de Comercio de Rosario.
De esta forma, subió la probabilidad de que luego la transición sea hacia una “Niña”, que sería la tercera consecutiva.
“Las publicaciones del organismo internacional, que sigue el fenómeno del ENSO, muestra que hay un cambio de tendencia en los últimos dos meses respecto de fines del 2021: las barras azules que muestran la probabilidad de valores Niña para junio-agosto pasaron de un 22% (diciembre 2021) a 53% en la reciente actualización de marzo”, explican desde la entidad rosarina.
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Alfredo Elorriaga, del departamento de agrometeorología de la Bolsa, sostuvo: “Las condiciones actuales hacen muy probable que La Niña continúe en el invierno del Hemisferio Sur. Las temperaturas superficiales del Pacífico por debajo del promedio se fortalecieron durante febrero de 2022 y las anomalías negativas se extendieron desde el Océano Pacífico ecuatorial central hacia el este”.
Proyectando los datos actualizados al final de la primera quincena de marzo, agregan desde la entidad de Rosario, hay una razonable posibilidad de que el forzante La Niña continúe en el invierno del hemisferio sur (53% durante junio/agosto de 2022). A partir de ese momento existe una probabilidad muy pareja (40-50%) de una transición a Niña, que sería la tercera consecutiva.
Hace 20 años
La vulnerabilidad productiva del ciclo 2022/23 sería aún mayor que la de la campaña actual si se confirma una tercera Niña, algo que es tan inusual que para tener referencias hay que retroceder a lo sucedido entre 1999 y 2001.
Las primeras dos de las tres Niñas que se produjeron entre 1999 y 2001 fueron muy intensas con valores ONI que incluso perforaron la barrera del -1,5. La tercera ya no, y las proyecciones muestran que esta posible tercera Niña sería más grave que la de hace veinte años atrás.
En aquel entonces, en esos tres ciclos productivos el maíz argentino rindió entre 53 y 54 qq/ha y la soja entre 23 y 25 quintales por hectárea.