El arroz es el alimento más importante en Asia, donde el 60% de la población depende de éste como elemento principal de alimentación.
El mercado es gigantesco, la demanda del cultivo es constante pero Argentina tiene como principal destino a Brasil, que produce alrededor de 12 M/t y para satisfacer su demanda interna importa el 3% de la producción mundial.
Ahora la vista está puesta en la apertura de nuevos mercados porque la dependencia de Brasil genera incertidumbre campaña tras campaña y las perspectivas son que algún momento el país vecino no tenga la necesidad de importar arroz.
“Nosotros no tenemos una política que aliente la producción. La falta de infraestructura, retenciones y presión impositiva son una realidad lamentable, nuestro país produce 900 mil t y Brasil 12 M/t”, contó Enrique de León Belloc, número uno del grupo Pilagá, productor de arroz que procesan más de 100 mil t por año; propietarios del Molino Ala, durante la apertura de la cosecha que se realizó en la provincia de Corrientes en la estancia Ita Cabó. Entre Ríos y Corrientes son las provincias que elaboran más del 90% del arroz que produce Argentina. Para ello cuenta con 110 molinos cuya utilización de capacidad instalada es superior al 75%, generando alrededor 2.500 empleos directos. Hoy los especialistas recalcan que a la hora de ganar más mercados es fundamental que se comience a sembrar nuevas variedades, el más utilizado es el TAIM con el 51% del área sembrada que data de 1991, pero para ello se necesitan inversiones en genética y estudios que se están demorando.
Los principales destinos del arroz argentino, además de Brasil, son Chile y Colombia y este año se espera comercializar con Irak, y por otro lado se encuentran los problemas diplomáticos con Irán.
“Este año el panorama es promisorio ya que por el mal clima que hubo en toda la región nos vimos favorecidos y Brasil demandará más de lo estipulado, en la campaña anterior el 94% del total exportado fue a Brasil. Todo se debe a que es uno de los pocos destinos que genera renta al productor, la suba en los fletes internacionales, sumado a todos los impuestos que tenemos se hace imposible tener otro mercado”, dijo Jorge Paoloni, titular de la Federación de Entidades Arroceras.
El costo del gasoil es un gran peso para la actividad arrocera, hoy los productores, al no tener electricidad, deben pagar $900 por día, esto sumado a los impuestos distorsivos y la tasa vial es casi imposible competir con otros exportadores.
“Los productores queremos una política de apoyo para el sector que el Gobierno junto con la Cancillería nos ayuden a generar más clientes en el exterior”, dijo Paoloni. Un simple pedido para un mercado que demanda día a día. Argentina produce arroz de excelente calidad, lástima que por trabas impositivas y burocráticas no pueda crecer como debería.
Yanina Otero
Enviada Especial a Corrientes
