Los conflictos comerciales entre los países del Mercosur parecen no tener fin, ni discriminar rubros. Esta vez, la disputa le tocó al arroz y aunque parece que la historia tiene final feliz, es sólo una más de los tantos forcejeos internos del bloque.
Según denunció la Federación de Entidades Arroceras argentinas (Fedenar), sus pares brasileños le solicitaron a la Secretaría de Comercio Exterior del vecino país que implemente una tarifa adicional de 50,13% por un período de 200 días, para mejorar el precio del cereal, que registró el año pasado el peor valor desde el año 2000.
Sin embargo, los productores argentinos advirtieron que bajo esta modalidad los cariocas estarían en condiciones de importar arroz de Surinam con un arancel preferencial y por una cantidad de 30 mil toneladas.
En una carta dirigida a FEDERARROZ, entidad que nuclea a los arroceros brasileños, el presidente de Fedenar, Jorge Paoloni, afirmó: “Compartimos reclamos y reivindicaciones del sector productivo como arroceros del MERCOSUR que somos, lo cual no avala actos y procedimientos llevados a cabo para obtenerlos, dejando de lado acuerdos consensuados para trabajar coordinadamente toda la cadena arrocera del MERCOSUR en beneficios comunes para el sector”.
En su pedido de salvaguardas, los productores brasileños argumentaron que en 2004 el mercado “gaucho” sintió la importación de arroz argentino y el precio de la bolsa de 50 kilos, que el año pasado fue vendida 35 reales, este año no será mayor a los 20 reales. Además, el gigante del Mercosur todavía tiene 2 millones de toneladas de la cosecha pasada, lista para ser colocada en el mercado en 2005.
Pero cuando parecía que el conflicto tomaría una escala mayor, las autoridades brasileñas informaron mediante una carta dirigida a la embajada de Uruguay en ese país que la próxima semana desestimaría enfáticamente el pedido de salvaguardias.
Según las autoridades brasileñas, la solicitud de los productores de Río Grande do Sul y de Matto Grosso, se basaría en que estiman que el precio de venta estaría un 15 o 20% por debajo de del costo de producción, por lo cual temen que el ingreso de arroz de la región contribuya a una mayor caída del precio de venta.
Hasta aquí parece que la historia tiene final feliz, ahora sólo hay que esperar cuál será el próximo rubro en causar resquemores entre los países del bloque.
