“El vino nos une” fue el slogan de una publicidad que promovía su consumo hace uno años. También se podría decir que el vino nos asocia. Es que hoy, el 60% de la vitivinicultura del mundo se encuentra en manos de cooperativas. No obstante, solo el 10% de la comercialización está a cargo de ellas.
Actualmente, el 35% de los vitivinicultores en Argentina están cooperativizados, esa es la única manera en la que han logrado sortear los vaivenes del mercado y las condiciones meteorológicas. Del total, el 25% de los productores está asociado a la Federación de Cooperativas Vitivinicolas (FeCoVitA), la red de cooperativas más grande de América en la industria vitivinícola.
FeCoVitA nuclea a 29 cooperativas de primer grado, de diversas zonas vitivinícolas de Mendoza, con acceso a más de 25.000 hectáreas de viñedos y 54 bodegas, a través de los asociados al sistema cooperativo. Actualmente 900 personas integran Fecovita, además de los 5.000 productores y 1.200 distribuidores en Argentina.
Es la primera exportadora de jugo de uvas blancas concentrado (mosto) para la industria de jugos naturales y la industria vitivinícola del país, la primera productora de vino en volumen y la segunda en facturación. Tiene presencia en más de 20 países alrededor del mundo.
Hoy, FeCoVitA comercializa más de 260 millones de litros en Argentina, es número uno en ventas de vinos fraccionados, alcanzando el 27% de participación en el mercado argentino, que es el quinto consumidor de vinos a nivel mundial.
Además su vino Toro es la marca de vino más elegida y consumida en el mundo, con más de 200 millones de litros anuales y 115 años de historia en el mercado mundial.
En la actualidad fraccionan 43.000 botellas y 34.000 bricks por hora. Todo el vino que fraccionan lleva marca propia. EL 86% lo producen en Mendoza, un 3% en La Rioja y un 5% en San Juan.
Entre sus asociados, hay una fuerte presencia de pequeños producotres, el 80% de los viñedos tiene menos de 25 hectáreas, ocupando estas un 30% de la superficie.
Hace cuatro años, FeCoVitA se unió con la cooperativa francesa Vinadeis para comercializar de manera asociada sus vinos en el mundo. Ya tienen oficinas en Shangai y San Pablo y están por abrir otra en Estados Unidos. Así, llevando el concepto del sistema cooperativo al comercio exterior, logran bajar costos y llegar a más mercados. También están trabajando para sumar a los italianos y españoles a la asociación.
Tanto en las empresas como en las cooperativas, podemos encontrar casos de buenas y malas administraciones. El de FeCoVitA, es sin dudas, un caso exitoso de cooperativismo que permite a los pequeños vitivinicultores seguir produciendo, ser rentables, soportar los malos momentos climáticos y del mercado, crecer y desarrollarse de manera sustentable, apostando siempre a más. Un ejemplo de que los más chicos, asociados, también pueden jugar en las altas ligas.
Por Mariela Vaquero
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