Los bancos de alimentos trabajan para hacer frente a éste problema que todos los años significa la pérdida del 12,5% de los alimentos producidos en la Argentina, y del 30% a nivel mundial. Una de las soluciones que plantea REDBdA es comenzar a minimizar la pérdida desde casa.
En el mundo son 842 millones de personas las que sufren hambre; el 30% de los alimentos que se producen se pierden o desperdician anualmente (aproximadamente 1.300 millones de toneladas); y el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y el Caribe.
En Argentina son 32,5% los habitantes viven bajo la línea de pobreza; 16 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo humano se pierden o desperdician todos los años (12,5% de la producción agroindustrial nacional); y un 90% son pérdidas y un 10%, desperdicio.
“Estas pérdidas y desperdicio de alimentos (PDA) resultan, además, en el uso innecesario de recursos (naturales, humanos y materiales), que incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero contribuyendo con el calentamiento global. Las PDA dificultan la seguridad alimentaria y reducen la disponibilidad de alimentos: los alimentos que hoy se desperdician podrían bien ser aprovechados por personas que los necesitan, siempre y cuando se asegure el acceso a ella”, asegura la REDBdA.
Pérdida de alimentos: Se da en las etapas de producción, almacenamiento, procesamiento, transporte y distribución. Son todos los alimentos que no llegan a la etapa de venta por temas de calidad, daños mecánicos, excedentes de producción, prácticas inadecuadas, derrames, entre otros.
Desperdicio de alimentos: Son las pérdidas de alimentos que ocurren al final de la cadena alimentaria, relacionados con el comportamiento de los vendedores minoristas y los hogares. Las causas pueden ser la falta de infraestructura, pérdida de la cadena de frío, ofertas de productos sin demanda equivalente, fechas de vencimiento próximas, falta de planificación de las compras, entre otros.
En este contexto, los Bancos de Alimentos (BdA) son un modelo exitoso de recupero y rescate de alimentos: contribuyen a reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos, rescatando alimentos aptos para el consumo humano antes de que sean desechados. Los almacenan, clasifican y distribuyen, de manera trazable y segura, entre las entidades beneficiarias adheridas. Cabe destacar que durante 2016, los BdA evitaron la pérdida y el desperdicio de más de 8.700.000 kg de alimentos.
Sin embargo, hacer frente a esta situación también es posible, y necesario, desde cada hogar. Pequeños y simples cambios en los hábitos de cada uno tendrán un impacto positivo sobre los índices actuales, mejorando la calidad de vida propia y de miles de personas. En síntesis, ‘en casa’ se pueden reducir las PDA siguiendo estos 4 pasos*: 1) PLANIFICAR las comidas, tanto las compras como calculando las porciones; 2) ORGANIZAR las compras, siguiendo el “primero vence, primero sale” y mejor aprovechamiento de la heladera y el freezer; 3) APROVECHAR los restos, reciclando o reconvirtiendo comidas anteriores; 4) LLEVAR, lo que no se terminó de consumir en una salida a comer o después de una picada, grandes ‘viandas gourmet’ para el trabajo.
Compartimos “Valoremos los Alimentos”, un manual para aprovechar al máximo los alimentos y evitar el desperdicio, publicado por el Ministerio de Agroindustria (2016), que resume consejos prácticos para un consumo más responsable.