Una empresa con sede en los Países Bajos desarrolló “ataúdes vivientes” hechos a base de micelio de hongos, que consiste en un conjunto de hifas o estructuras vegetativas de estos seres vivos.
Se lo bautizó con el nombre de “Living Cocoon” y ya fue utilizado por primera vez en un entierro en ese mismo país.
La firma, denominada Loop, implementó este nuevo tipo a base de hongos para que sirviera como una opción más sostenible para los entierros.
“En realidad no fui, pero hablé con un pariente – fue un momento conmovedor, discutimos el ciclo de la vida. Había perdido a su madre, pero estaba feliz porque gracias a este ataúd, ella volverá a la naturaleza y pronto vivirá como un árbol“, expresó el fundador de Loop, Bob Hendrikx.
Hendrikx explicó que el micelio neutraliza las toxinas y proporciona nutrientes a las plantas que crecen sobre la tierra y estas propiedades naturales lo hicieron popular en muchas aplicaciones.
“El micelio busca constantemente productos de desecho – petróleo, plástico, metales, otros contaminantes – y los convierte en nutrientes para el medio ambiente. Por ejemplo, el micelio se usó en Chernóbil, se usa en Roterdam para limpiar el suelo y algunos agricultores también lo aplican para que la tierra vuelva a ser saludable“, resaltó Hendrikx.
Los ataúdes de madera pueden tardar más de una década en descomponerse debido a que los componentes de la madera o de metal barnizados ralentizan el proceso. En esta ocasión, Living Cocoon brinda una oportunidad para que los cuerpos humanos alimenten la tierra después de su vida.
En comparación con los tradicionales, los ataúdes hechos de micelio aceleran la descomposición, ya que se absorbe en el suelo en un plazo de cuatro a seis semanas. Además, contribuye eficazmente a la plena descomposición del cuerpo, que luego enriquece el suelo circundante. Todo el proceso puede completarse en menos de tres años.
Actualmente, Loop trabaja en conjunto con investigadores para determinar el efecto de los cuerpos humanos en la calidad del suelo.
Según Hendrikx, la empresa espera que la investigación pueda persuadir a los políticos para que conviertan las zonas contaminadas en bosques donde enterrar los cuerpos.