Ésta es la principal conclusión del trabajo realizado por un grupo de expertos del Inta Balcarce, donde además se destacó que “la urea permitió un excelente estado de conservación del grano bajo condiciones de anaerobiosis, evidenciado por la ausencia de formación de hongos”.
Los granos de sorgo y maíz son de gran importancia en la alimentación de bovinos, sobre todo en los sistemas de engorde a corral. Por este motivo, es necesario optimizar su aprovechamiento, ya que el costo de la alimentación juega un papel importante sobre los márgenes en esta actividad.
Si bien el maíz presenta mayor valor energético que el sorgo, este último posee ventajas agronómicas en cuanto a la rusticidad y plasticidad, que lo hacen adaptables a zonas marginales para la producción del maíz.
No obstante, los especialistas advirtieron que “cobra gran importancia sobre el valor nutricional del sorgo la presencia de taninos en el grano”, al conferirle mayor resistencia a la predación por pájaros, así como también al daño ocasionado por insectos y mohos, los que generan un impacto negativo desde el punto de vista nutricional.
Los taninos, entonces, presentan alta afinidad por las proteínas disminuyendo de este modo la digestibilidad del almidón y el aprovechamiento por parte de los animales.
En este contexto, la adición de urea al momento del almacenaje fue recomendada por los ingenieros del Inta Balcarce para “mejorar la preservación de los granos cosechados con alto contenido de humedad bajo condiciones de anaerobiosis y también para disminuir la concentración de taninos”.
Esta comprobación indicaría que el tratamiento con urea puede mejorar la digestión del grano de sorgo.
En la búsqueda de esta respuesta, en Balcarce realizaron un experimento, “cuyo objetivo fue evaluar el efecto del tratamiento con urea a un sorgo con alto contenido de taninos ensilado bajo condiciones de anaerobiosis y su comparación con una silaje de grano húmedo de maíz”. El ensayo se realizó con terneras de destete (179 ± 13 kg) durante un período de engorde de 71 días. Los tratamientos evaluados fueron: testigo (grano húmedo de sorgo alto tanino sin el agregado de urea), urea (grano húmedo de sorgo alto tanino tratado con urea al momento del ensilaje), y maíz (silaje de grano húmedo de maíz). Los expertos, además, aclararon que todos los granos fueron molidos previo al ensilado.
La dieta estuvo compuesta de la siguiente manera: 70% de silaje de grano húmedo (varió de acuerdo con el tratamiento), 10,5% de silaje de maíz, 18,7% de expeller de girasol y el resto lo integró un núcleo vitamínico mineral y monensina. Para que las dietas resulten isoproteicas se les agregó urea a los tratamientos maíz y testigo. La ganancia diaria de peso vivo fue superior en el tratamiento con urea (0,886 kg) e inferior en el testigo (0,776 kg), mientras que el que comió maíz (0,842 kg) tuvo una ganancia diaria similar a los que comieron el grano con urea y al testigo.
La tasa de grasa resultó similar
En el ensayo no se observaron diferencias en la tasa de engrasamiento (1,03 mm/mes), ni en el espesor de grasa dorsal final (6,32 mm) entre tratamientos; fue otra de las conclusiones del trabajo realizado por los expertos del Inta Balcarce.
