“Sin ser un ataque preocupante, el pico de diatraea, en términos generales elevó el promedio de apariciones en la región pampeana y es el superior de los últimos cuatro años”, destacó el jefe de Protección Vegetal del INTA Pergamino y coordinador del sistema de alerta, Nicolás Iannone.
Los ataques han sido controlados. La recomendación es: con gran porcentaje de posturas en su mayoría amarillentoanaranjadas hay una ventana óptima de aplicación y control de seis días. Luego, “si hay entre 15% y 30% de posturas vacías (larvas nacidas), significa que ha pasado el momento óptimo de aplicación, aunque todavía es posible hacer un buen control pero las larvas están protegidas entre la caña y la vaina, por lo que, hay que agregar al piretroide elegido un fosforado como Dimetoato o Clorpirifós (alrededor de 700 y 800 cc/ha, respectivamente), ya que ambos pueden atravesar la vaina.
“Una causa es que en esta campaña se están usando, en región pampeana, más materiales convencionales, algo que preveíamos; algo diferente ocurre al norte, donde seguiría aumentando el maíz Bt traccionado por su uso contra el gusano cogollero, principal plaga en el norte”, explicó Iannone.
La soja también debe estar en guardia, porque el muy bajo o casi nulo parasitismo, que mata a la chinche verde cuando hiberna, a fin de la pasada campaña redundó en la abundante presencia para esta campaña.
La primera generación de chinche verde adoptó al trigo espigado como sustrato alimenticio y dio lugar a una nueva generación, que se alimentará de las chauchas de soja.
En lo que respecta a isocas medidoras Rachiplusia, los registros de adultos en trampas de luz encuentran poblaciones inusualmente tempranas y altas, lo que eleva las señales de alerta.