La naturaleza viene sufriendo a lo largo de los años y claramente “La Madre Tierra” pide que actuemos. Los incendios en Australia, los mayores registros de calor terrestre y la peor invasión de langostas registrada en África, entre otros acontecimientos… Y ahora es el turno de enfrentarnos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas).
Asimismo, PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) afirma una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% provienen de animales. Esto muestra las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental.
El impacto visible y positivo del virus, ya sea a través de la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, no es más que temporal, ya que se debe a la trágica desaceleración económica y la angustia humana.
Motivo por el cual, desde la ONU nos recuerdan en el Día Internacional de la Madre Tierra que “necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la Tierra”.
La importancia de la biodiversidad para los humanos
El brote de coronavirus representa un riesgo enorme para la salud pública y la economía mundial, pero también para la diversidad biológica. Sin embargo, la biodiversidad puede ser parte de la solución, ya que “una diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos“, explicaron en la página oficinal de la organización.
Este Día de la Madre Tierra, coincidiendo con el “Súper Año de la Biodiversidad”, que se centra en el papel de la diversidad biológica como indicador de la salud de la Tierra.
“Los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y servicios que estos proporcionan. Los vínculos específicos entre la salud y la biodiversidad incluyen posibles impactos en la nutrición, la investigación sanitaria y la medicina tradicional, la generación de nuevas enfermedades infecciosas y cambios significativos en la distribución de plantas, patógenos, animales e incluso asentamientos humanos, algo que puede ser alentado debido al cambio climático”, explicó la ONU.
A pesar de los esfuerzos actuales, la biodiversidad se está deteriorando en todo el mundo a un ritmo sin precedentes en la historia humana. Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en peligro de extinción.
“Con este panorama general y el escenario del coronavirus, nuestra prioridad inmediata es evitar la propagación de COVID-19” destacó la organización y agregó que a largo plazo, “es importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad. Estamos en esta lucha juntos con nuestra Madre Tierra”.
Con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, nos recuerda que, “además de enfrentarnos a la crisis del COVID-19, tenemos que combatir otra emergencia mundial: la crisis ambiental que se está produciendo en el planeta”. A continuación el video donde el Secretario propone seis medidas para la recuperación y el futuro del planeta.