La preocupación por los indicadores de la campaña de trigo y la presión impositiva sobre la producción agropecuaria son dos de los temas más relevantes evaluados en el informe agroeconómico semanal de Agropuerto.
Según la consultora, promediando el ciclo del trigo, las proyecciones de resultados van tomando forma en vista de que a medida que transcurren las semanas tanto los rindes como el precio van acotando su variabilidad.
Los costos tienen su gravitación, pero una vez realizados, el tema queda en manos del rinde y del precio. Ha sido relevante el incremento registrado en los fertilizantes, particularmente los nitrogenados.
Algunos productores habrán decidido retacear dosis, con lo cual se compromete aún más el logro de rindes altos. Otros, en vista de la baja de precios, han redoblado la apuesta manteniendo los planteos técnicos. Sólo con buenos rindes el trigo será rentable.
Tanto en lo que respecta a los resultados (en u$s/ha) para un planteo triguero en la zona sudeste en campo propio como en lo que respecta a la rentabilidad para trigo sembrado en campos arrendados (10 q/ha) las cifras analizadas corresponden a rindes de 28 a 40 q/ha y precios de 90 a 110 dólares por tonelada.
Para un precio de u$s100 por tonelada, el rinde de indiferencia para la siembra en campo propio se sitúa en torno de 29 quintales por hectárea. Para el mismo precio, la siembra en campo arrendado deja atrás la zona de quebrantos con 38 q/ha, un rinde extremadamente alto. Esta situación permite anticipar para el próximo ciclo agrícola, una sensible baja en los precios de arrendamiento.
La importancia del largo plazo
Según los analistas de Agropuerto, una política económica que privilegie el corto plazo, sin realizar reformas estructurales de fondo, como es el desarrollo de un sistema tributario y fiscal eficiente, sólo se logrará con una gran simplificación, eliminación de impuestos distorsivos y federalización de la recaudación y el gasto.
El objetivo de corto plazo de la reducción del IVA es tratar de mantener la demanda interna para que no caigan los niveles de actividad, visto que las exportaciones en volumen se han estancado, y en valor tenderán a caer debido a la caída de los precios internacionales de los granos.
Sólo en el 2005 evaluar una reforma tributaria profunda. Sin embargo, las proyecciones para el sector agroindustrial, que aporta 70% de las exportaciones, indican que por lo menos en su faz primaria de producción, en la próxima campaña habrá una descapitalización dada la caída de los precios internacionales de los granos. Salvo que obtengan cosechas récord por clima muy favorable (y no aparece así en lo observado en los últimos meses), las exportaciones podrían caer en el 2005, y como se incentivará el consumo interno, no deberíamos extrañarnos si se pierde el superávit comercial o si incluso se vuelve negativo.
“El sector debe reaccionar a esta situación con propuestas concretas. Es el momento que las entidades y grandes empresas del sector se unan en un esfuerzo coordinado para presentar un proyecto de reforma tributaria y fiscal global que produzca un cambio profundo en la situación de ineficiencia y distorsiones actuales”, dicen los consultores. Y concluyen: “Sólo un sistema tributario que logre afianzar la recaudación y genere ventajas competitivas tanto para la exportación como para el mercado interno y elimine las distorsiones puede generar una situación favorable”.