En un ensayo a campo realizado por técnicos del INTA Manfredi pertenecientes al Módulo Tecnologías de Forrajes Conservados, se evaluó comparativamente el trabajo de una segadora con acondicionador y una cortadora tipo hélice, logrando demostrar en forma clara y contundente los tres beneficios que aporta el corte bien realizado.
En primer lugar, la segadora realiza un corte prolijo con mínimo deshilachado de los tallos, favoreciendo el rebrote y la producción de forrajes a lo largo del año con un incremento del 8 % de la productividad de la pastura de alfalfa, logrando un volumen extra anual de 852 kg de materia seca por hectárea (kg/MS/Ha).
El otro beneficio es que la segadora logra un corte preciso con mínimas pérdidas por repicado, disminuyendo un 62 % los trozos de tallos y hojas sueltas menores a 6 cm que quedan tiradas en el lote y no son recolectadas por la rotoenfardadora o megaenfardadora. A lo largo de 5 cortes, la hélice perdió 1.487 kg/MS/ha, mientras que la segadora sólo dejó en el piso 568 kg/MS/ha.
A estos dos beneficios que permiten a la segadora poder cosechar una mayor cantidad de materia seca por hectárea debemos sumarle un tercero, que por su diseño con una bandeja de corte de bajo perfil, permite generar un flujo de forraje tal que posibilita el uso de acondicionadores. Mediante el quebrado y aplastado de los tallos estos rodillos generan vías de escape al agua contenida en ellos, logrando disminuir el lapso de tiempo que transcurre desde el corte hasta que la humedad llegue al 50%, momento en que la planta continúa respirando y consumiendo azúcares que afectan la calidad final del forraje.
Prueba a campo
En la prueba a campo se trabajó con una segadora con acondicionador, donde la pastura de alfalfa lista para henificar poseía 22,4% de Proteína Bruta y 2,6 Mcal kg/MS, frente a la pastura cortada con hélice donde la calidad promedio fue de 20,8% PB y 2,4 Mcal kg/MS.
El ensayo demuestra que con la segadora acondicionadora quedan disponibles para henificar 11.780 Kg/MS/ha/año (con una Energía Metabolizable de 2,6 Mcal/kg/MS), mientras que con la hélice quedan disponibles 10.008 kg/MS/ha (con una EM de 2,4 Mcal/kg/MS), concluyendo que al utilizar una segadora se obtiene una diferencia productiva de 5.263 Mcal/ha/año adicionales para producción, que se puede reflejar en 283 kg de carne extra anual o, en el caso de los tambos, puede alcanzar un plus de 1.425 litros de leche por hectárea por año.
Este dato indica que la falta de adopción de segadoras con acondicionador respecto a las hélices, acusa un problema financiero y no económico, dado que la diferencia de precio entre ambas máquinas se amortiza en un muy corto lapso de tiempo.
En relación a estos cálculos, si en la actual campaña el total de la superficie destinada a henificación (estimada en 630.000 ha) se cortara con segadoras, se obtendría una producción de 7,4 millones de toneladas de heno de alfalfa, volumen similar al obtenido la campaña pasada con más de 750.000 hectáreas, pero que se vio restringido por haber sido cortada en un 69 % con hélices.
La hélice no es la máquina apropiada para lograr alta producción por hectárea, pero tiene alta aceptación por la capacidad operativa similar a la segadora con un costo de adquisición 4 veces menor con un muy bajo mantenimiento. Sin embargo, es importante valorar el costo que significa la excesiva pérdida en cantidad y calidad que se produce al realizar un corte con hélices, algo que lamentablemente muchos todavía no consideran y que en este ensayo quedó demostrado en forma clara y contundente.
Un dato relevante es que si bien en los últimos años ha disminuido la cantidad de hélices vendidas anualmente, de 1.500 unidades que se vendieron en el año 2007 se pasó a 700 en el 2015, acompañado de un importante incremento del número de segadoras comercializadas en los años 2010, 2011 y 2012, el área alfalfera cortada con hélice solo disminuyó de 85 % (2008) a 69 % (2015). Esto se debe a que, aunque haya disminuido fuertemente el volumen de hélices vendidas, el parque de máquinas cortadoras en Argentina es muy grande y son máquinas con bajo nivel de reposición, con una larga vida útil, lo que significa que un gran número de unidades continúan trabajando en gran parte del área.
Argentina ha sido históricamente uno de los países de menor venta de segadoras a discos con acondicionador desde que desembarcaron en el país a mediados de los 90, pero esta situación comenzó a revertirse a partir del año 2008 por la instalación de empresas exportadoras de megafardos que impactó no solo en las ventas de megaenfardadoras, sino también en la de segadoras, repercutiendo en el incremento de unidades vendidas y en el ancho de trabajo de los modelos demandados por el mercado. Esto se explica por una necesidad de mayor capacidad de corte que abastezcan a “las mega” y la importancia de producir un heno de calidad, el cual comenzó a venderse en el exterior pero que rápidamente también logró imponerse en el mercado interno, donde sistemas productivos de carne y leche comenzaron a pagar en forma diferencial el heno de calidad.
El desafío para esta campaña
El contexto actual indica que luego del temporal que afectó el área central de nuestro país en el mes de abril y mayo, se estima que la superficie de alfalfa pura destinada a henificación se redujo en más de un 15 %, situación que obliga a cosechar una mayor cantidad de materia seca y de nutrientes en la actual área destinada a abastecer nuestros sistemas ganaderos. Este hecho nos plantea el desafío de incrementar notablemente el área cortadas con segadoras de discos con plataforma flotante y acondicionador en lugar de hélices tipo desmalezadoras.
Para lograr este objetivo e incrementar marcadamente la superficie cortada con segadoras, Argentina debería comercializar al menos una base de 300 cortadoras con acondicionador en el próximo año. Sumado a eso, estamos en un buen momento para alcanzar este desafío dado que el mercado de segadoras viene experimentando una fuerte expansión en cuanto a la oferta de equipos disponibles, con 16 marcas que integran el segmento y 44 modelos diferentes (16 de industria nacional), incluyendo segadoras autopropulsadas (6 modelos), de arrastre (28 modelos) y de 3 puntos (10 modelos).