Ya casi parece un hecho confirmado que la región agrícola argentina tendrá una primavera con precipitaciones por debajo de lo normal durante el primer trimestre de la estación cálida, es decir, un claro fenómeno “La Niña”.
Se fue analizando y confirmando esto desde el otoño y casi no caben dudas. Recientemente, hasta el Bureau Meteorológico australiano le asignaba una probabilidad de ocurrencia a La Nina mes por mes.
Ahora fue el turno del Servicio Meteorológico Nacional, el cual le asignó una probabilidad de ocurrencia, región por región, a ese déficit de precipitaciones.
De acuerdo a los datos de los expertos, sobre el centro, norte del país y también noroeste de Patagonia se espera que el trimestre septiembre, octubre y noviembre sea más cálido de lo normal, respecto al promedio. Por su parte, hacia el este y sur de la Patagonia, las condiciones se acercan al promedio. En materia de temperaturas, el Servicio analiza que se seguirá remarcando la amplitud térmica.
En referencia a las precipitaciones, en todas las regiones se espera que las precipitaciones sean inferiores a lo normal. Las únicas regiones beneficiadas en el rango “normal” de lluvias serían el oeste bonaerense, La Pampa y sur patogónico.
AGOSTO
En lo que tiene que ver con lo sucedido en el mes de agosto, los analistas dieron certezas sobre el comportamiento errático que tuvo el clima durante el octavo mes del año.
Los meteorólogos precisaron que durante los primeros 10 días del mes anterior se registraron temperaturas primaverales en todo el territorio nacional, para luego retornar las marcas térmicas muy bajas (aire polar), sobre todo, concentradas sobre el centro-norte argentino.
Puntualmente, sobre esta última región, el mes concluyó con las temperaturas extremadamente altas, que alcanzaron hasta los 40 grados centígrados.
Dentro de este apartado, los expertos destacan que agosto, al igual que el resto de la estación fría, tuvo una importante amplitud térmica, en parte asociada a la gran sequía que afecta a la región.
Hablando de la seca, en el octavo mes del año continúo el agravamiento de la falta de lluvias, muy marcado en el centro y centro-norte de la región agrícola, lo cual favoreció los focos de incendios en el Córdoba y Delta del Paraná. En materia de lluvias, hasta ahora, el 2020 es unos de los secos de los últimos 60 años.