La Cámara de la Industria Curtidora Argentina (CICA) publicó el pasado lunes, en varios diarios porteños, una solicitada a través de la cual desestimó la suposición de que exportar cueros argentinos sin valor agregado permitiría bajar el precio de la carne, según habían argumentado voces del sector ganadero.
Cámaras empresarias y sindicatos de la industria del cuero consideraron este planteo como “una falacia” y destacaron que “la incidencia del cuero en el precio de la carne es insignificante”.
En este sentido, Wydler sostuvo en Infocampo TV que el cuero incide de forma casi imperceptible en el precio de la carne y destacó que el producto implica sólo un 10% del valor del animal.
Por otro lado, el dirigente señaló que “suponiendo que incrementáramos 10% el precio del cuero, que sería una debacle para la industria curtidora y la cadena de valor, tan sólo podría bajarse en el precio del kilo de carne, menos de $0,4”.
De esta manera, el presidente de CICA consideró como erróneo el argumento planteado por el sector ganadero y consideró que “probablemente el planteo tenga otro objetivo: volver a la colonia, vender cueros crudos, sin curtir”.
Wydler desestimó la posición de algunos frigoríficos, “que piensan que vendiendo cueros al exterior podrían ganar más” y argumentó que “realmente entendemos que eso no es así porque los precios tienen que ver con la calidad”.
Por otra parte, el dirigente consideró que la industria de la curtiembre “es parte de una política que alienta el valor agregado y el desarrollo productivo en la Argentina, lo que ha generado puestos de trabajo y desarrollo de toda la cadena de valor”.
Cabe destacar que la industria del cuero mueve un volumen anual de negocios de
3.600 millones de pesos y cuenta con 60 mil empleos directos, según precisaron en la solicitada.
Así, Wydler expresó que si se pudiera exportar sin valor agregado, mucha gente se quedaría sin trabajo. “La industria curtidora compra absolutamente todos los cueros disponibles y desarrolla con valor agregado productos con terminación, cueros listos para ser manufacturados, los que a su vez pasan a la manufactura”.
Por otro lado, comunicó que en la Argentina, a través del cambio económico sufrido, las industrias de las manufacturas y el calzado alcanzaron, junto con muchas industrias curtidoras, una muy buena recuperación.
“Gracias a la afluencia turística el cuero es destacado y la gente está realmente interesada en comprar estos productos”, señaló.
Asimismo, sostuvo que este crecimiento favoreció también a las exportaciones “porque no solamente la industria curtidora exporta cueros curtidos y manufacturas sino que también el calzado y la marroquinería han comenzado a hacerlo buscando los nichos de calidad”.
Trazabilidad, una meta para tener en cuenta
En cuanto a la conformación del precio del cuero, Wydler expresó que la cámara no maneja los valores en este mercado: “El negocio del cuero tiene que ver con una actividad diaria entre proveedor y cliente, ellos se ponen de acuerdo en las condiciones de la operación”, señaló.
Por otro lado, el dirigente sostuvo que “esto es una discusión absolutamente falaz, porque lo que deberíamos estar trabajando desde hace mucho tiempo es en la cadena de valor, buscando calidad y rendimiento mayor del cuero”.
Así, expuso que durante los últimos años, se ha observado una baja de interés en el desarrollo ganadero, por lo que muchos animales pasaron a terrenos marginales “o directamente el productor perdió interés en su cría”.
Para Wydler, este desinterés trajo como consecuencia ciertos defectos en los cueros “que atentan contra su calidad y precio” y sostuvo que “en lo que deberíamos trabajar es en la mejora de calidad, la trazabilidad y que todos juntos, luchando por un producto de más valor, sepamos valorar y beneficiar a aquellos que se esfuerzan”.
El presidente de CICA consideró que existen trabas que le restan valor al cuero. En este sentido, argumentó que “hay que trabajar en trazabilidad e identificar, porque hoy se reciben los cueros tal cual salen del frigorífico, con problemas de grasa, mal recorte, defectos con marcas de fuego, alambres de púa, golpes y un montón de problemas que no se evitan”.
Verónica Scornik
vscornik@infocampo.com.ar
