Un estudio publicado en la revista científica Plant, Cell & Environment confirmó que la especie Eleusine indica, pie de gallina, resiste como mínimo 25 veces la dosis recomendada por los fabricantes del glifosato para el control de la maleza, según lo indicó el sitio de divulgación científico de la Facultad de Agronomia-UBA, Sobre la Tierra.
El uso continuado por décadas y las altas dosis aplicadas en producciones agrícolas provocaron una doble mutación en el gen que le brinda a esta maleza resistencia al glifosato. Este evento sucedió en cultivos de arroz de Malasia, donde, al igual que en otros países, ya existían registros de resistencia al herbicida (como en la Argentina), pero en esta ocasión, la resistencia dio un paso más. La doble alteración genética tiene una probabilidad muy baja de aparecer en forma natural, una en un billón 1/1.000.000.000.000, si embargo la alta presión en frecuencia y dosis provocó el suceso.
“Eleusine indica se encuentra en muchos agroecosistemas de todo el mundo, pero es la primera vez que aparecen dos variantes en un gen de esta maleza. A diferencia de las plantas que poseen una única mutación, las plantas con dos mutaciones no sufren ningún estrés al aplicarles el herbicida. Es como regarlas con agua”, señaló en dialogo con Sobre la Tierra, Martín Vila Aiub, docente de la Cátedra de Ecología de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) e investigador independiente del Conicet.
“Si la dosis recomendada de glifosato es de un kilo por hectárea, estos mutantes naturales pueden seguir creciendo y reproduciéndose aun cuando son expuestos a 25 kilos de glifosato por hectárea. En los ensayos para medir resistencia usamos esa dosis como máxima, pero tranquilamente podríamos haber seguido observando lo mismo con 30 o 50 kilos por hectárea”, afirmó Vila Aiub, quien realizó los experimentos en la University of Western Australia.
“Un mutante resistente aparece en una frecuencia muy baja, pero como tras la aplicación mueren todas las plantas sin resistencia, en poco tiempo, los lotes terminan llenándose de plantas resistentes” explicó el Investigador.
“Esta resistencia es muy costosa para la planta. Es decir, crece a tasas muy bajas y produce pocas semillas porque destina a la resistencia los recursos que podría usar para crecer. Por ello es la clara ganadora si se aplica el herbicida. Lo único que la mantiene en el sistema agrícola es el uso del glifosato. Dar un descanso en el uso de este herbicida reduce de forma drástica en los lotes la frecuencia de esta doble mutación” indicó Vila Aiub.
En cuanto a la situación local, el investigador advirtió que la especie se encuentra en la Argentina, incluso con resistencia reportada al glifosato y aunque no se saben si tiene la doble mutación, tranquilamente puede aparecer si continúa la alta dependencia en el uso de este herbicida como única herramienta de control químico de las malezas.
El docente de la FAUBA explicó que el pie de gallina con la doble mutación generó una barrera de defensa muy alta contra el glifosato, lo cual le permite mantenerse en el tiempo tras las sucesivas aplicaciones. Asimismo, agregó que si el lote entra en descanso, la frecuencia de este gen de resistencia desaparecería en tres o cuatro años.
No obstante, aclaró que por razones económicas se suele recurrir a otros herbicidas, generalmente más costosos para el productor y con mayor impacto ambiental. “Desde el ámbito científico podemos prevenir y recomendar buenas prácticas de manejo de la resistencia, pero suelen tomarse decisiones pensando sólo en el corto plazo” concluyó