Los investigadores están trabajando con productores para crear robots que puedan trabajar junto con las fuerzas de trabajo existentes y garantizar que se llenen los vacíos de productividad y acortar los tiempos.
El proyecto de cosecha automatizada de Brassica en Cornwall (ABC) está dirigido por un profesor especialista en robótica,Martin Stoelen, con experiencia agrícola proporcionada por el profesor de Fisiología de plantas Mick Fuller. También involucra al socio estratégico Teagle Machinery Ltd en Truro, y los socios Riviera Produce en Hayle y CNC Design Ltd en St Columb Major.
Ha obtenido fondos de Agri-Tech Cornwall, una iniciativa de 10 millones de libras por tres años, financiada en parte por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, con financiamiento del Cornwall Council.
Su foco está en el concepto de “rigidez variable” porque, aunque la mayoría de los brazos de los robots son rígidos, la capacidad de flexión es vital en un entorno más variable.
El Dr. Stoelen se basará en uno de sus proyectos anteriores, el GummiArm, que tiene dos brazos y, en muchos sentidos, se mueve más como un humano que como una máquina.
Otro de los desafíos es cómo habilitar al robot para identificar por ejemplo a las coliflores que están listas para la cosecha y para distinguir la parte precisa que se tomará.
Es probable que la solución se de a través de cámaras y sensores en sus “manos” que puedan hacer modelos tridimensionales en tiempo real del cultivo mediante la evaluación de la información que asimila, permitiéndole reconocer qué recolectar y qué dejar.
Con estos robots grabando imágenes y datos táctiles de todo un campo en tiempo real, también brindan la posibilidad de recopilar información que podría ser de varias maneras, extendiendo potencialmente su aplicación más allá de la cosecha.
El Dr. Stoelen concluyó diciendo que “máquinas como esta, facilitarán y simplificarán la vida de un agricultor, pero también es una tecnología que podría alentar a más jóvenes a elegir una carrera en agricultura”