Un informe de Greenpeace denunció que entre el 15 de marzo y el 30 de septiembre se desmontaron 42.565 hectáreas de bosques, en el marco de la cuarentena obligatoria para evitar la propagación del coronavirus.
La organización ecologista lleva adelante un monitoreo en el norte del país y asegura que se trata de una superficie “similar a la de dos veces la ciudad de Buenos Aires”.
“Es evidente la complicidad de los gobiernos provinciales y la impunidad de grandes empresarios agropecuarios en este crimen ambiental”, expresó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Giardini retomó la “pelea” que inició días atrás con la Sociedad Rural Argentina, entidad a la que acusó de “presionar” contra la ley de Humedales. “Salió a manifestarse públicamente contra el avance de nuevas leyes ambientales como la de humedales y la de delitos forestales”, afirmó.
Según datos de Greenpeace, en Santiago del Estero se deforestaron 16.805 hectáreas; en Salta, 11.832; Formosa, 8.718 y en Chaco, 5.210 hectáreas. “Estas provincias concentran el 80% de los desmontes del país por el avance de la frontera agropecuaria para soja y ganadería, que en gran medida se exportan a China y Europa“, consideró la ong.
Ahora, Giardini impulsa una petición a los gobernadores de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; Salta, Gustavo Sáenz; Formosa, Gildo Insfrán y Chaco, Jorge Capitanich para que decreten la emergencia forestal y prohíban los desmontes.
“Más desmontes significan más enfermedades, más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas y más desaparición de especies en peligro de extinción. Destruir bosques es un crimen y no podemos perder ni una hectárea más”, advirtió Giardini.