El Canal San Antonio, que fue construido en la década del 40 divide el este de Córdoba (desde San Francisco), del oeste de Santa Fe (hasta el Arroyo Tortugas). Desde aquel entonces no se hizo ningún tipo de mantenimiento, ni dragado y mucho menos saneamiento en los casi 180 kilómetros que mide el canal.
Las consecuencias son claras: cada vez que llueve el canal desborda y anega casi 400.000 hectáreas productivas del sudeste cordobés.
Por este motivo el Comité de Cuenca del Carcarañá, donde intervienen las dos provincias involucradas y la Nación, resolvió que se realicen las obras correspondientes en el Canal San Antonio. Pero, por ahora no se ha hecho ningún trabajo, ni licitación, ni adjudicación, ni nada.
En comunicación con Infocampo, el Gobierno Nacional (a través de la Subsecretaría de Recursos Hídricos del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación) detalló que el dinero para realizar las obras (casi $750 millones) ya está asignado y listo, a la espera de que Córdoba presente el proyecto definitivo y sin errores.
Lo cierto es que Córdoba ya presentó la propuesta final, pero como el primer escrito tenía muchas inconsistencias, Nación se lo revotó.
Por un lado faltaban las defensas de algunas localidades “limítrofes” con el canal San Antonio (Tortugas, Cruz Alta, Oliveros, y más), y por otro, no tenía el estudio de impacto ambiental.
Más allá de las buenas intenciones y la predisposición para resolver el problema, tanto del Gobierno Nacional como del Provincial, las obras no comienzan y se ponen en juego más de 400.000 hectáreas productivas que hoy en día están haciendo de dique de contención del San Antonio.
Infocampo conversó con una productora que tiene su campo bajo el agua, quien explicó: “Solicitamos la puesta inmediata de las máquinas a trabajar porque ya estamos exhaustos de soportar la burocracia existente. Debemos recuperar nuestros suelos para comenzar de nuevo a producir alimentos, pero no nos brindan la seguridad, ni el respaldo suficiente, ni las inversiones que necesitamos”.
Y agregó: “Tras varias décadas los funcionarios miraron hacia otro lado, olvidando que millones de hectáreas quedaran improductivas y bajo el agua. Los productores estamos para producir, no para estar exigiendo obras que son de competencia estatal”.