Las Cataratas del Iguazú son un conjunto de saltos de agua que se localizan sobre el Río Iguazú, en el límite entre la provincia de Misiones y el estado brasileño de Paraná. Fueron elegidas como una de las Siete maravillas naturales del mundo. Están formadas por 275 saltos, donde el 80 % de ellos se ubican del lado argentino.
El Parque Nacional Iguazú se caracteriza por ser uno de los lugares mas visitados por los turistas, no solo argentinos sino de todo el mundo ya que ofrece la posibilidad de obtener una experiencia de “sentir” a las cataratas y adentrarse en la fauna y flora del parque.
Pero no todo es color de rosas, el parque hoy en día se encuentra amenazado por el funcionamiento de represas (existentes y planificadas) y por la deforestación en la cuenca del Río Iguazú, que generan desbalances en el régimen natural del río e impactan en la biodiversidad acuática y ribereña asociada.
No solo eso, sino que hay otras problemáticas como la caza furtiva, la extracción ilegal de productos forestales madereros y no madereros, un impacto negativo en la interacción de los visitantes con la fauna silvestre (coatíes, monos, aves) y el atropellamiento de especies en las rutas de acceso.
Situación actual de la Selva Misionera
Hoy en día la situación es realmente crítica: sólo queda un 7% de su superficie original de selva. Mientras que en Paraguay y Brasil ha sido prácticamente destruida, la mayor parte remanente se encuentra en la Argentina, donde ha ido disminuyendo desde una superficie inicial de más de 2 millones de hectáreas hasta tan solo unas 40.000 hectáreas de selvas prístinas y alrededor de 800.000 hectáreas de selvas secundarias en la actualidad.
Según datos oficiales, entre 1998 y 2007 en Misiones se deforestaron 144.153 hectáreas. Mientras que desde la sanción de la Ley de Bosques (2008) hasta mediados de 2011 el promedio anual de deforestación disminuyó en un 50%. Sin embargo, se desmontaron 21.406 hectáreas, de las cuales 3.630 hectáreas se trataban de bosques protegidos por la normativa.
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina dijo que “los bosques y selvas, además de concentrar mucha biodiversidad, juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Son nuestra natural esponja y paraguas protector. Cuando perdemos bosques nos volvemos más vulnerables ante las lluvias y corremos serios riesgos de inundaciones“.
¿Porqué vemos el agua con otro color?
Muchos turistas que tuvieron la oportunidad de visitar las cataratas hace varios años atrás y volvieron a ir en los últimos tiempos, les llamo la atención la diferencia del color del agua de las cataratas.
Según la Fundación Vida Silvestre, el aumento del caudal y la coloración del Río Iguazú está vinculado a la deforestación.
Por lo tanto, una época altas precipitaciones sumado a la deforestación que crece cada vez más, da como resultado un mayor caudal con una coloración amarronada del agua.
Recordemos que el caudal de agua promedio de las cataratas es de 1500 m³ por segundo, aunque a fines del otoño del 2014, debido a las abundantes lluvias en la cuenca alta del río de la Plata (y esto implica sobre la cuenca del Iguazú) ha elevado hacia el 10 de junio de 2014 el caudal a una crecida extraordinaria de 45 700 m³ por segundo.
La cuenca del Río Iguazú, en Brasil, y la selva en esa región fue deforestada prácticamente en su totalidad por la expansión de la frontera agrícola, para la producción de cultivos de grano.