Según un relevamiento realizado por especialistas del INTA Balcarce, los niveles actuales de materia orgánica en los suelos de toda la región pampeana están entre un 30 y un 40% por debajo de los que tenían los suelos en condición prístina.
Esta situación genera problemas físicos (estabilidad estructural y mayor riesgo de erosión) y menor disponibilidad de nutrientes en general para los cultivos, como la soja.
Este dato es tanto de los macronutrientes como el Nitrógeno, Fósforo, Potasio y Azufre; como de los micronutrientes, principalmente Zinc y Boro.
De acuerdo con los técnicos, la clave para contrarrestar el impacto negativo y contribuir a la salud de los suelos está en mejorar el balance de carbono.
Es decir aumentar la frecuencia de cultivos de cobertura, promover la rotación de cultivos y, además, aplicar un plan de fertilización ajustado a las necesidades nutricionales del cultivo.
En este contexto, la empresa Kioshi Stone desarrolló un fertilizante de la mano de la nanotecnología cuyo objetivo es brindar una nutrición balanceada para el cultivo de soja.
MIST-Balance es una suspensión mineral, especialmente formulada para nutrir el cultivo de soja, ya que posee una adecuada concentración de macro y micro nutrientes, necesarios para el crecimiento y desarrollo de estructuras radiculares y nodulares. Entre los mismos se encuentran Calcio, Magnesio, Azufre, Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Boro y Silicio.
NUTRIR LA SOJA CON NANOTECNOLOGÍA
La línea MIST se caracteriza por contener calcio en sus formulaciones, básicamente porque gobierna la entrega de todos los minerales a las células.
El magnesio, por su parte, es vital en el proceso de fotosíntesis y fijación biológica del nitrógeno atmosférico.
El azufre y el boro participan en la síntesis de proteínas. El potasio, además de ser esencial en la síntesis de proteínas, desempeña un rol importante en la regulación del agua en las plantas y el fósforo interviene en cada proceso de la planta que involucra transferencia de energía y, por tanto, en todas las reacciones que ocurren entre las plantas y el suelo.
https://twitter.com/KioshiStone/status/1706423079969165468
“Las últimas campañas hemos realizado ensayos en diferentes localidades del país. En los ensayos realizados en Pergamino, Balcarce y 9 de julio en el cultivo de soja, la aplicación de Mist Balance y Mist B ha generado un aumento promedio de entre 200 y 300 kg/ha, explicado por un mayor número de granos/m2”, sostienen los investigadores.
PRACTICIDAD Y BAJAS DOSIS
Las principales ventajas de MIST Balance radican en que facilita la aplicación, ya que este tipo de fertilizante a base de nanopartículas se puede utilizar con los sistemas de pulverizaciones terrestres, aéreas y también con el riego.
En ese sentido, Gabriel Lema, presidente de Kioshi Stone, indicó que además permite reducir los costos de logística; ya que las dosis necesarias son muy bajas y se pueden aplicar con herbicidas, insecticidas y fungicidas.
“En su camioneta el productor puede transportar el producto necesario para fertilizar entre 400 y 500 hectáreas con Mist, que se entrega en bag in box de 15 litros”, subrayó.
Mist Balance aporta los macro y micronutrientes requeridos por el cultivo de soja, potenciando el crecimiento y la formación de estructuras vegetativas al aplicarse en etapas tempranas; y también mejorando el cuajado de vainas que aumenta el número de granos por superficie, lo cual repercute directamente en mayores rendimientos del cultivo de soja.
Este producto se puede aplicar tanto en pulverizaciones terrestres como aéreas, recomendándose un volumen de agua de entre 50-60 litros/ha y entre 8 y 10 litros/ha respectivamente.
Para el cultivo de soja se recomienda una dosis de 1,5 a 2 litros de MIST-Balance por hectárea, a aplicarse en 2 períodos, de V4 a V10 (vegetativo) y R1 a R4 (reproductivo).
NÚMEROS QUE DICEN TODO
Entre la campaña 21/22 y la campaña 22/23 se llevaron a cabo ensayos en el cultivo de soja donde se evaluó la respuesta de la aplicación de Mist Balance y Mist B de forma foliar.
Los mismos fueron realizados en el INTA Pergamino por el Ing. Agr. Gustavo N. Ferraris; en Balcarce realizado por los Ing. Guillermo Divito y Juan Pablo Martínez del estudio EDM; en 9 de Julio realizado por la Ing. Agr. Silvina Mari de la consultora Surcos.
Todos los ensayos incluyeron un testigo absoluto sin fertilizar y también un tratamiento con fertilización física de base. La semilla fue inoculada con un producto comercial, y un tratamiento incluyó Mist VL que aporta macro y micronutrientes a la semilla, a razón de 500 cc/100 kg de semilla tratada.
El resto de los tratamientos incluyeron Mist B en dosis de 0,5 lts/ha y Mist BLC en dosis de 1,5 a 2 lts/ha en diferentes momentos de aplicación.
Las localidades donde se llevaron adelante los ensayos atravesaron diferentes escenarios climáticos, principalmente en la campaña 22/23 que afecto muy fuertemente a la zona norte de Buenos Aires, y no así al sudeste de la provincia.
En todos los escenarios la aplicación de Mist BLC y Mist B mostró un aumento significativo del rendimiento final del cultivo de soja.
Respecto al testigo absoluto sin fertilizar se observaron aumentos del rendimiento de entre 457 y 871 kg/ha, mientras que especto al testigo fertilizado con fertilizante de base se logró un plus de entre 200 a 300 kg/ha.