Por Evelin Scofano
La falta de lluvias que sufre todo el país no es un problema solo para trigo y cebada, y para el avance de la siembra de girasol y de maíz: también la sufren las legumbres.
No obstante, conscientes de la oportunidad que significan estos cultivos por su potencial exportador y el crecimiento de la demanda a nivel mundial, la compañía Rizobacter organizó en Pergamino, junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la jornada “Explora Legumbres”.
En la misma, entre otras cosas, la firma líder en Argentina y a nivel global en el desarrollo de productos biológicos, apostó a exhibir 305 ensayos en los que se mostraron resultados de pruebas con diferentes alternativas tecnológicas y de manejo del cultivo: desde fechas de siembras y variedades tanto primaverales como invernales, hasta aspectos relacionados a la nutrición, y siembra de legumbres sobre herbicidas pre emergentes.
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En este punto, se puso especial atención los efectos positivos que las tecnologías biológicas promueven en la siembra de legumbres. En el cierre, se analizaron las variables que afectan a la situación del mercado nacional y global, brindadas por el asesor Adrián Poletti, secretario general de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA).
DE LA ARVEJA AL LUPINO
La propuesta se enfocó en arveja principalmente, puesto que es un cultivo en crecimiento en la zona núcleo y con potencial de abrir nuevos mercados, como el de China. Pero a su vez, cultivos de servicio y cobertura como vicia y el reciente reingresado desde Chile: lupino; una planta que por su calidad proteica se presenta como una gran oportunidad.
“La jornada nace en el sur de anta Fe, y se traslada al norte de Buenos Aires por una propesta de Rizobacter a Inta Arroyo Seco, dado que en esta zona está creciendo mucho lo que es cultivos o legumbres de invierno, y vimos que podía haber interés, dando un panorama para que el productor pueda tomar la mejor decisión”, explicó la ingeniera agrónoma Micaela Zaro, del Servicio Técnico y Marketing de Rizobacter.
En ese sentido, a lo largo de siete estaciones, “mostramos variedades del mercado, densidades de siembra, tratamientos de terápicos e inoculantes combinados, fertilización y bioestimulacion, prueba de herbicidas y evaluación de toxicidad que pueden generar los herbicidas, comparación en distintos foliares combinados con coadyuvantes, presentación de plots de vicia, lupino y garbanzo como opciones de legumbres para esta zona”, agregó.
El sur de Santa Fe siempre fue el corazón de la producción legumbrera, pero con el avance de los biológicos, cultivos de cobertura y puentes verdes, el área de producción fue creciendo, pasando de 60 mil Has. a una estimación de intención de siembra actual de 120 mil Has. a nivel nacional.
Se puede atribuir a “que la arveja tiene bastante flexibilidad con la fecha de siembra; a que con la pandemia se comenzaron a consumir más legumbres; a que la vicia comenzó a tener un doble propósito como cobertura de suelos de invierno y control de malezas; y que el lupino tenga un 60% de proteína destinado a consumo humano y animal”, agregó Gabriel Carini jefe de inoculantes para legumbres de Rizobacter.
EL BENEFICIO DE LOS BIOLÓGICOS
Vale recordar que las legumbres tienen la capacidad de fijar nitrógeno en el ambiente e incorporarlo naturalmente, por eso es tan importante sumarlos en la rotación de cultivos.
“La ventaja de la arveja es que es un grano que no se debe desactivar para comercializar o consumir”, resaltó Carini, por lo que además de ser un buen cultivo en las rotaciones se presenta como alternativa dentro de los que es el mercado.
Pero para lograr el potencial, aclaró que estas especies necesitan tratarse con terápicos, insumos que Rizobacter tiene dentro de su paleta de productos para acompañar al productor.
Para tratamiento de semillas se presentaron dos tecnologías de inoculantes:
- Rilegum Top, con osmo protección, un tratamiento que se le hace a la bacteria para darle mayor rusticidad, engrosar las paredes celulares y darle mayor supervivencia.
- Signum, que a su vez tiene sustancias bioinductoras que generan nodulación mucho más temprana en el cultivo.
En cuanto a terápicos, presentaron tres tecnologías:
- Maxim Evolution, que es una triple mezcla química;
- Maxim Integral, que tiene tiametoxam como fungicida.
- Rizoderma + Maxim Fc, un insumo precomercial que complementa lo químico con lo biológico.
“Creemos en la compatibilidad de las dos tecnologías”, aseguró Juan Catracchia, jefe de producto de inoculante para soja y terápicos de Rizobacter.
“Nos sorprendió mucho el efecto complementario que tiene Rizoderma con la bacteria que genera la nodulación. Vimos que en situaciones de estrés hay un sinergismo que permite el desprendimiento del nódulo más tadrío cuando esta tratado con Rizoderma”, agregó.
Es así que pudieron observar que cuando se mezcla lo biológico con lo químico “estamos logrando que tenga un período de acompañamiento durante todo el ciclo, permitiendo el control de enfermedades de semilla y suelo, y generando una mejor promoción de crecimiento logrando Resistencia Sistémica Inducida (RSI)”.
BIOFERTILIZACIÓN
Para hacer frente a estos requerimientos de estos cultivos -se destacan por ser demandantes de nitrógeno, fósforo, calcio, magesio y azufre- Rizobacter, presentó un completo portfolio de productos de la compañía, que incluye desde inoculantes a base cepas Rhizobium leguminosarum, hasta fertilizantes microgranulados, como Microstar CMB Bio.
Este último aporta nitrógeno, fósforo, azufre, zinc, calcio, boro, cobalto y molibdeno, y además contiene un pool de cuatro bacterias del género Bacillus que actúan como promotoras de crecimiento, aumentando la eficiencia de uso de los recursos.
“Microstar Bio es una nueva tecnología en fertilización que no genera fitotoxicidad. Permite una rápida implantación del cultivo, ya que provee los nutrientes de manera temprana y de fácil acceso para las raíces, logrando que el cultivo colonice rápidamente el suelo”, detalló Catracchia.
A su vez, la bioestimulación cumple un rol fundamental, por lo que recomendó, la tecnología Vitagrow que puede ser utilizada tanto en el tratamiento de semilla -en su forma líquida-, como en los tratamientos foliares – versión sólida-.
“Su mayor beneficio reside en activar diferentes vías metabólicas que brindan una mayor sanidad y tolerancia a diferentes tipos de estrés, además de hacer más eficiente el uso de los recursos disponibles”, comentaron los técnicos durante la recorrida.
UN MERCADO EN EXPANSIÓN
Por último, la jornada finalizó con una charla de mercados a cargo del asesor Adrían Poletti, para que los asistentes además de llevarse información técnica probada a campo, puedan tener a mano números, estimaciones y posibilidades comerciales.
“Los precios no son malos, el problema es que hay costos de logística que hace que se deprima el precio interno. En este año atípico, el que mejor va a salir parado en esta campaña va a ser garbanzo, porque se planificó en función de una sequía ya instalada. Hay poca superficie pero de productividad alta”, sostuvo Poletti.
“En arveja y lenteja hay una caída en el área de siembra potencial debido a la sequía, más que lo que se sembró no va a tener rendimiento. Con lo cual vamos a un año sumamente incierto respecto a los volúmenes disponibles para la comercialización. Esto hace que la Argentina esté retirada a nivel internacional, y eso es un problema porque ganar mercados cuesta”, reflexionó.
Frente a esta coyuntura, opinó que “lo fundamental a futuro es poder lograr los embarques a granel de arveja a China para consumo humano, lo que se comenzó a trabajar ahora para lograr las autorizaciones. Por lo que si tenemos semilla, se puede recuperar el área de siembra y tener mercados a los que abastecer”.
“Es una apertura que nos puede significar un incremento de área muy grande pero hay que repensar cómo lo vamos a hacer, abrir nuevas áreas, salir del riesgo climático, llevar el cultivo a otras áreas y aprovechas otras zonas”, concluyó Poletti.