Desde hace años, la actividad ganadera a nivel global se enfrenta a acusaciones vinculadas a su impacto en el calentamiento global, a partir de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero un trabajo presentado en el marco de la Cumbre de Cambio Climático (COP28), que se lleva a cabo estos días en Dubai, echó por tierra estas presunciones.
Ernesto Viglizzo, un investigador del INTA y el Conicet, presentó un documento titulado “Ganadería bovina y cambio climático en las Américas: hacia modelos de desarrollo bajos en carbono”.
En su trabajo, dado a conocer en el pabellón del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), remarcó que las publicaciones que atribuyen a la ganadería bovina una parte significativa de la responsabilidad sobre el cambio climático son equivocadas.
“Le adjudican emisiones que no le corresponden, provenientes de otros sectores de la economía, como el industrial, el transporte, el residencial, la distribución o el consumo doméstico”, fundamentó.
📌 🐄 El informe “Ganadería bovina y cambio climático en las Américas: hacia modelos de desarrollo bajos en carbono” realizado por el Dr. Ernesto Viglizzo, explica que solo las emisiones de la actividad ganadera son las que deberían imputarse a las cadenas de la carne bovina. pic.twitter.com/C61AZNyBjF
— IICA (@IICAnoticias) December 6, 2023
DIFERENTES SISTEMAS DE MEDICIONES
Viglizzo explicó que algunos países importadores de alimentos emplean el sistema de “Huella de Carbono”, a través del cual se estiman las emisiones de un producto y que con frecuencia suele generar barreras comerciales a productos que ingresan desde otros destinos.
En el caso de la carne vacuna, además de las emisiones generadas por la producción se incluyen a las de otros sectores, como frigoríficos, transporte y distribución mayorista y minorista.
“Esta metodología, que arroja un resultado muy elevado, difiere de la recomendada por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), máxima autoridad científica mundial en la materia, que imputa las emisiones a los sectores que la generan”, sostuvo.
Se debe tener en cuenta que eslabones como el frigorífico, transporte y distribución -posteriores a la actividad ganadera- generan gran cantidad de emisiones, ya que consumen combustibles fósiles, responsables principales del cambio climático.
MEDICIONES DE BAJO IMPACTO
Al momento de poner en cifras el impacto del rodeo vacuno, el investigador calculó que si solo se contabilizaran las emisiones biogénicas -las producidas por los bovinos- en la actualidad este valor no superaría el 5% de las emisiones globales.
“Ese valor tiende a disminuir porcentualmente cuando se lo compara con las emisiones globales de carbono de todos los sectores de la economía y la sociedad”, señala el informe.
En este sentido, agrega que el impacto global es menor cuando se estiman las emisiones del ganado en el continente americano.
Esto se debe a que predominan los sistemas pastoriles, que tienen la posibilidad de compensar, total o parcialmente, las emisiones del carbono del ganado mediante la fotosíntesis.
En este contexto destaca que los productores a nivel regional han iniciado un proceso de transición hacia modelos de desarrollo ganaderos bajos en carbono.
El trabajo plantea cómo sacar provecho de este cuidado ambiental. “El carbono capturado debería ser acreditado como un commoditie comerciable, como son la carne, la leche, los granos. Y respecto a la reducción de emisiones, la región debería ser incluida en proyectos que certifiquen créditos por esos resultados”.
Otro punto que remarca el trabajo es que la emisión de metano tiene un tiempo promedio de residencia en la atmósfera de unos 11,8 años. Este lapso temporal es mucho menor al tiempo de residencia del dióxido de carbono, que se estima en unos mil años.
Para más detalles de la disertación de Viglizzo, se puede ingresar AQUÍ