Sobre el final del levantamiento de la cosecha gruesa de la campaña 2020/21, y comenzando la siembra de trigo y cebada, las empresas tienen buenas expectativas para el nuevo ciclo, pese a la incertidumbre por el escenario actual.
Tal es el caso de Rotam, la firma de protección de cultivos que asegura que ve con optimismo el panorama de los cultivos de invierno, con un crecimiento interesante en los volúmenes, de concretarse las proyecciones de las estimaciones agrícolas.
Esto es, en gran parte, debido a que el panorama climático resulta algo más alentador comparado con el mismo período del año anterior, donde en las últimas semanas se fueron recargando levemente los perfiles y los balances hídricos resultan adecuados. Además, los pronósticos trimestrales de precipitación indican que estarán en valores normales, al menos durante las etapas de barbecho, y, pensando en los cultivos, acompañarán el establecimiento. De todas maneras, señalan que no deja de ser un punto a seguir evaluando con el correr de los meses.
En ese sentido, Rotam resalta cómo a lo largo de los últimos años el productor fue incrementando el nivel de adopción de tecnologías en el cultivo, lo que se traduce en un aumento de la productividad.
“Somos conscientes de cómo se ha ido complejizando el manejo de malezas en los lotes, en gran parte debido a la aparición de biotipos resistentes a distintos herbicidas, como es el caso de Rye grass, Rama Negra y Crucíferas en las últimas campañas, pero también a causa de la falta de nuevos productos registrados para uso en los cultivo. Por ese motivo, frente a los nuevos desafíos que nos presenta el cultivo año tras año, desde Rotam queremos estar a la altura, ofreciendo soluciones que simplifiquen las decisiones, fundamentalmente en las que respectan a la protección del cultivo”, aseguran sus directivos.
En los últimos años, las especies pertenecientes a las familias de las Crucíferas (Nabo, Nabón, Nabillo) han tomado gran importancia, superando ampliamente el millón de hectáreas afectadas. Con un foco muy importante en la provincia de Buenos Aires, pero también afectando las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. El caso más reciente de esta famila es el del “Nabillo” (Hirschfeldia incana) con resistencia confirmada a herbicidas ALS. Esto se suma a los biotipos ya denunciados con resistencia como el Nabo Brassica rapa) con resistencia múltiple a Glifosato y herbicidas ALS y al Nabón (Raphanus sativus), también con resistencia a herbididas ALS.
El panorama se agrava aún más cuando estos lotes son destinados a la siembra de trigo y cebada. Por este motivo, luego de años de desarrollo, en 2021 la firma lanzó TUKEN® para uso en pre-siembra y post emergencia de los cultivos de trigo y cebada, recomendado para el control de crucíferas fundamentalmente, pero también una amplia variedad de malezas latifoliadas como Viola y Rama Negra.
TUKEN® es el único Diflufenican banda verde del mercado. Además, su exclusiva formulación WG hace que sea muy seguro para los cultivos. Aparte de su eficacia de control, desde Rotam sostienen que es una herramienta muy interesante para incluir debido a que posee un mecanismo de acción con muy baja frecuencia de uso en el cultivo, contribuyendo a demorar la aparición de malezas resistentes.
Un escenario completamente diferente se presenta en lotes que no están destinados a ningún cultivo invernal, por lo que aparece el gran desafío de mantenerlos limpios hasta la siembra, evitando nacimientos de malezas que estas extraigan humedad y nutrientes, y sobre todo, que logren germinar contribuyendo con mayor número de semillas al suelo.
Gran parte de este desafío radica en la necesidad de definir una estrategia que nos permita controlar todo el espectro de malezas del complejo otoño-invernal. Una herramienta ideal para estas situaciones complejas es Sulfomet®, un herbicida de amplio espectro de control y con gran residualidad que permitirá mantener el lote limpio durante todo el invierno. Sulfomet® controla de manera eficaz Rye grass y Rama Negra, dos malezas sumamente difíciles de manejar, las cuales si no son controladas a tiempo los problemas serán aún mayores, debido a la extracción de agua y nutrientes, pero también a los mayores costos que luego debemos incurrir para controlarlas.
Si hablamos de Rye grass es muy frecuente el uso sucesivo de graminicidas, siendo el herbicida Cletodim el de mayor frecuencia de uso y en dosis cada vez mayores. Además, la dificultad que se presenta al intentar mezclar estos productos con herbicidas homonales, para controlar malezas latifoliadas como por ejemplo Rama negra. Lamentablemente, muchas veces estos controles fallan no logrando controlar efectivamente las malezas y además, hacemos un uso repetitivo de los mismos herbicidas lo que incrementa el riesgo de aparición de biotipos resistentes.
Para lograr los mejores resultados, la estrategia de Rotam consiste en la aplicación de SULFOMET® lo mas anticipadamente posible. En caso de haber malezas nacidas (cobertura menor al 30 %, rye grass en de 1-3 hojas y Rama Negra en roseta 3-5 cm), es posible combinar Sulfomet® con herbicidas de control post emergentes tal como Glifosato y AKARI® 2,4-D, logrando muy buenos resultados, con ahorros de hasta 20 % frente a otras estrategias químicas de control. Con esta herramienta evitamos el uso intensivo de herbicidas y estrategias de doble golpe, lo que se traduce en ahorro de insumos y gastos operativos. Otra ventaja de Sulfomet® es su banda toxicológica verde.
Finalmente, dado el actual panorama, la marca recomienda el monitoreo constante de lotes, el conocimiento de las propiedades de cada herbicida y su comportamento en al ambiente y la integración con otras practicas no químicas de manejo, para lograr sistemas más eficientes y con menor impacto.