Viajamos al norte de Esquel, por la ruta 40; a ambos lados el paisaje es de precordillera. Llegamos hasta aquí, donde la Compañía de Tierras Sud Argentino produce en la cabaña Leleque reproductores y lana Merino australiano y trabaja con la raza Hereford y Polled Hereford en El Maitén. La apuesta más reciente es la forestación. La tecnificación y la inversión es fuerte, pero la mano de obra es el pilar fundamental. “Sin ese factor humano no podríamos crecer en esta zona con condiciones climáticas especiales”, aseguró Ronald MacDonald, a cargo del gerenciamiento y las producciones.
Hilando fino
Es tiempo de esquila en Leleque, un operativo que se monta una vez al año y que estiman que las cuadrillas terminarán con los 260.000 animales del rodeo de esta estancia en los próximos días. Luego, la misma operación se realizará en El Maitén. La lana que se produce es de alta calidad por su finura y va directamente al abastecimiento propio para la elaboración de prendas Benetton. Mientras el ronroneo de las máquinas de esquila avanza, MacDonald comenta que una de las pautas de manejo clave para este emprendimiento es el corte de la lana en las ovejas en plena preñez y antes de la parición, que se producirá en poco tiempo más. “Es fundamental porque en esta época las temperaturas más bajas ya se registraron y el vellón es muy pesado para estos animales a la hora del parto; por eso las esquilamos antes, para minimizar las pérdidas de ovejas. Además, las crías pueden prenderse mejor de las ubres para tomar el calostro y así también nos aseguramos de que estén bien preparadas para comenzar su ciclo de vida”, explicó.
En la cabaña trabajan con un plantel de 5.500 madres puro por cruza y puro registrado y unas 30.000 de rodeo general. “También, hacienda seca, capones y borregos de primera esquila que nos proporcionan lana de un micraje fino”, acotó el administrador. En los galpones acondicionados para los capones se encuentran los reproductores que serán expuestos en la exposición anual de la Sociedad Rural de Esquel y que reciben una alimentación sobre la base de raciones especialmente diseñadas de acuerdo con el peso actual y con la ganancia diaria que pretenden que alcancen. “Para ajustar las dosis realizamos controles cada quince días y sobre la base de eso indicamos las dosis. Básicamente, los alimentamos con pellets de alfalfa y evitamos el suministro de maíz porque le otorga a la coloración de la lana una tonalidad que le quita calidad”, especifica. El crecimiento rápido del rodeo del establecimiento se logra a través de la aplicación de dos técnicas de reproducción. “Para los puros por cruza y de pedigrí hacemos inseminación artificial con semen fresco y congelado y trasplante embrionario. El resto de la hacienda general con carneros a campo”, señaló Ronald.
Hereford en El Maitén
Noventa kilómetros más al norte llegamos a El Maitén; aquí el paisaje es diferente, más quebrado; predominan los pastos más verdes y sopla un aire de valle, espacio propicio para la ganadería bovina. “En este campo tenemos 20.000 ovinos, pero la actividad principal son los bovinos. Y la raza que mejor se adapta es la Hereford”, dijo MacDonald, al tiempo de que instruye a Vivian Huss, mayordomo y conocedor de estas tierras. El planteo tiene como objetivo la reproducción y ampliación del rodeo. “Contamos con 2.500 vacas madres, hacemos la recría con toritos y vaquillonas del rodeo general”, señala. Estamos al sur del paralelo 42, zona libre de aftosa sin vacunación; por lo tanto, las condiciones de manejo sanitario del rodeo son sencillas, con una vacunación y desparasitación anuales. La reproducción se realiza con toros a campo entre diciembre y febrero; las pariciones, en septiembre y octubre, y los destetes, en abril y mayo.
Inversiones de largo plazo en maderas
La forestación es la apuesta más reciente de la compañía. Al momento tienen plantadas 5.700 hectáreas de pino ponderosa y continúan en expansión dentro de la actividad forestando con una tasa de 500 hectáreas anuales. “Las condiciones climáticas, los 400 milímetros anuales de precipitaciones que se registran en la zona y el suelo arenoso son los que posibilitan desarrollar este emprendimiento. Caen 300 milímetros en invierno y el verano es muy seco, con la presencia del viento permanente, por lo tanto la variedad ponderosa es la única capaz de producir en estas condiciones”, dijo Andrés Tarullo, técnico forestal de la firma. El objetivo final es la producción de maderas de calidad, para lo que estiman un período de 35 años para que las plantas alcancen la maduración óptima para el corte. “Plantamos con una densidad de 915 plantas por hectárea, de las cuales esperamos que queden unas 400 para el corte final”.
Delicado manejo
Las pautas generales de manejo forestal que seguirán prevén una primera poda y raleo a los 10 o 12 años de edad de los árboles, una segunda a los 14 años, una tercera a los 16 y una cuarta si fuera necesario para garantizar que la madera tenga la más alta calidad esperada productiva. “En esta etapa de la empresa el objetivo es otorgarle valor a las producciones y pensamos en la creación de una planta de procesado de la madera y venderla como productos elaborados”, explicó Ronald.
Asimismo, el manejo del fuego y la prevención de incendios requiere una estrategia delicada para prevenir pérdidas cuantiosas y daños.
Por Verónica Puig
Redactora de Infocampo
Enviada especial al Chubut
vpuig@infobae.com