Los siete agregados agrícolas que tiene la Argentina alrededor del mundo en la actualidad parecen un grupo de escaso alcance si se lo compara con los 25 de Brasil, los 25 australianos o incluso la docena de chilenos.
Las “Consejerías agrícolas” dependientes de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, pero que trabajan y conviven con la diaria de lo que sucede en Embajadas argentinas en lugares como Estados Unidos, China, Rusia, India, Brasil y la Unión Europea, hoy están siendo evaluadas.
“Como Consejo Agroindustrial, en el programa de Desarrollo Exportador que tenemos, pedimos la duplicación de la cantidad de conserjerías agrícolas”, manifestó Gustavo Idígoras, el presidente de la Cámara de Industrias Aceiteras de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC), y que fue durante muchos años agregado agrícola en la Unión Europea.
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En el sector más habituado a estar en contacto con quienes están en cada destino estratégico en cuestiones comerciales entienden que “ellos son los únicos especializados en hacer negociaciones en esto, con las exigencias sanitarias, y abrir mercados”.
“Es el único cuerpo especializado a nivel internacional. Brasil tomó el ejemplo de Argentina, pero hoy Brasil tiene 25. Necesitamos duplicar y llegar a países del sudeste asiático, del norte de África, así podemos llegar a nuevos mercados”, manifestó Idígoras.
Como se mencionó, el titular de CIARA-CEC supo afrontar ese rol ante la Unión Europea, donde hoy ocupa el cargo Gastón Funes, en la sede ubicada en Bruselas, Bélgica. La más cercana de allí queda en Moscú, Rusia, donde cumple sus funciones Alonso Ferrando.
En Estados Unidos, el agregado agrícola argentino es José Molina, quien trabaja en la Embajada argentina en Whasington. En suelo americano existe también la más cercana, en Brasilia, Brasil. Allí cumple sus funciones Javier Dufourquet.
Del “otro lado del mundo” también hay una vidriera para los productos argentinos. La magnitud del mercado chino y todas sus complejidades para resolver comercialmente generó la necesidad de las actuales dos conserjerías agrícolas en el país. La de Beijiing está a cargo de Hernán Viola, mientras que en Shanghai ocupa su lugar Oscar Solís.
Esta última Conserjería no cuenta aún con ninguna información en la página oficial que informa dónde están los agregados y sus vías de contacto, a pesar de haber sido creada a principios de 2021.
Lo mismo sucede en el caso de la que funciona en la Embajada argentina en Nueva Delhi, India, donde se desempeña Mariano Beherán.
“NI SANGUCHITOS, NI CHAMPAGNE”
Luego de su triunfo en las elecciones presidenciales, Sergio Massa brindó el pasado lunes una conferencia de prensa con medios de comunicación del Exterior.
Allí brindó alguna línea de su intención en este sentido, en el caso de llegar a la Presidencia. “Les quiero contar algo que para mí es fundamental, que es un cambio en el sistema de servicio exterior argentino”, adelantó.
“El ascenso de los embajadores no se va a dar por antigüedad, se va a dar por capacidad de generación de negocios para la Argentina”, expuso.
Y tiró: “No quiero embajadores que coman sanguchitos en los cócteles ni que tomen copas de champagne. Quiero embajadores que hagan negocios para la Argentina y que traigan resultados para nuestras empresas”.
Para llevar a cabo su plan el ministro de Economía debe vencer en el balotaje del 19 de noviembre a Javier Milei. Desde el espacio libertario, por ahora, eligen no ahondar en detalles.
“Sería muy razonable y beneficioso para el sector. Hay destinos muy importantes que deberían tener alguien allí. Es necesario sumar unos 4 o 6 más en destinos clave para nuestros productos”, reconoció un agregado agrícola hoy en funciones, ante la consulta de Infocampo.
“ES UN TEMA VITAL PARA LA ARGENTINA”
Días atrás el analista internacional y docente universitario Mauro Labombarda sumó su mirada. En una charla con La Red Rural (AM 910), indicó que “Argentina necesita de más agregados agrícolas porque tiene protagonismo en este escenario global actual, dado por los alimentos y por la energía”.
“Es un tema vital para nuestro país, no es un tema menor”, evaluó.
Además Labombarda pidió que en la presidencia que suceda a la de Alberto Fernández “los aspectos geopolíticos de un país no los maneje la Cancillería”.
“´La misma debe dedicarse a asuntos internacionales. Los asuntos geopolíticos se manejan desde Presidencia”, afirmó.
En esta línea es importante remarcar que los agregados agrícolas no dependen de las embajadas ni de la Cancillería, sino de la Secretaría de Agricultura, hoy en la órbita del Ministerio de Economía. Con lo cual, una armonía deseable para la tarea y un horizonte en común entre ambos ámbitos requerirán de un criterio claro y definido de parte de quien maneje la política exterior.
“NO HAY ESPECIALISTAS”
Otro de los consultados al respecto fue Nelson Illescas, abogado y director del Instituto de Negociaciones Agícolas Internacionales (INAI). Desde el espacio sugieren una propuesta “de mínima” para mejorar el presente: capacitar a los actuales funcionarios en materia de comercio agroindustrial, con el conocimiento de las necesarias barreras sanitarias ante cada país y región.
Y, además, sugieren como necesaria la incorporación de más destinos para las conserjerías agrícolas.
“Estamos bastante lejos de otros países que son grandes exportadores de alimentos. Chile tiene 12, Brasil más de 25, Australia otro número similar. Entonces, lo que ves en ciertos mercados que crecimos últimamente es que no tenemos alguien que te facilite el acceso cuando tenés algún freno o problema del orden sanitario”, detalló Illescas.
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Incluso, la función está relacionada a la necesidad de otros requerimientos comerciales de las 6 embajadas en las que sí hay agregados, más la Conserjería de Shanghai. “En la actualidad no hay especialistas, y dos tercios de las exportaciones son agropecuarias”, indicó.
“Estaría faltando algo más en Medio Oriente, con todas las potencialidades que abre estar en un país como Egipto y esa región, más el sudeste asiático, para poder seguir haciéndonos fuertes en el comercio con Vietnam y el resto de los países de la zona”, explicó Illescas. Vietnam hoy es un socio agrícola de relevancia allí, y desde el lugar se puede hacer “base” y atender las demandas de los mercados de cercanía.
“El agregado agrícola de Australia está en Chile y atiende Brasil y también nuestro país. Así se opera”, comparó.
Para salir de esta situación, la propuesta de parte del INAI pasa por que el ISEN, el Instituto del Servicio Exterior de la Nación, que depende de la Cancillería, incorpore en su programa de estudios una materia que esté relacionada netamente con el comercio agroindustrial argentino, una materia especializada.
Hoy, entre las asignaturas que se pueden observar en el programa, se encuentra un seminario de “exportaciones e inversiones”, un taller sobre “negociaciones económicas multilaterales” y un encuentro sobre “tecnología agropecuaria”.
“Es la universidad de los diplomáticos. Hay que dar un curso de ingreso y una vez que ingresás te van formando en protocolos, idiomas, etc. Tienen excelente formación, pero les falta la pata de promoción comercial o la de conocimientos de por dónde va la exportación del país”, concluyó.
AGREGADOS VS. “EL PRECONCEPTO”
La medición de la huella de carbono en las producciones del agro y las reglamentaciones que se dieron en los últimos años en mercados como la Unión Europea en este aspecto también juega su partido.
Para Agustín Tejeda Rodríguez, director de contenidos del Grupo de Países Productores del Sur (GPS), hoy en día hay una función esencial que tienen que realizar los agregados agrícolas: liberar a la Argentina de los “preconceptos”.
“Aparecen nuevas barreras vinculadas con la nutrición y el medio ambiente. Y en muchos lugares hay una interpretación equivocada y preconceptos en relación a la sustentabilidad y la performance de la producción de Argentina. Hay que hacer un trabajo muy fuerte en materia de posicionamiento”, expuso.
¿Cuál es el preconcepto del cual habría que salir a despegarse? “Que nosotros producimos dañando al medio ambiente, o al menos no como en otras regiones. Eso es lo que está detrás de muchas de las medidas que está aplicando la Unión Europea con el Mercosur en general”, calificó Tejeda.
“Y en contrario, nuestro sistema de producción es de los más sustentables del mundo. Pero la realidad es que del otro lado del mostrador no se piensa lo mismo y hay que trabajar mucho para mostrarlo, posicionarlo y poder vender”, reflexionó. En ese contexto, catalogó como “fundamental” la presencia de agregados agrícolas estables en sitios donde hoy no están.
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La chispa de la identificación de negocios parece ser la gran atracción, la razón por la cual ameritaría incrementar la cantidad de agregados.
Saliendo de lo que ofrecen Brasil, Australia o México, países directamente competidores en el plano agroindustrial y todos con un mayor número de representantes, el caso de Estados Unidos tiene peso propio: hoy la administración que gobierna Joe Biden tiene un “Servicio Exterior Agrícola” (Foreign Agricultural Service) especialmente dedicado para temas agropecuarios, y están presentes en casi todas las embajadas.
La misión no pasa únicamente por ver oportunidades, sino también por el relevamiento de información local sobre producciones, para las estadísticas que la propia administración realiza regularmente.
“Por eso es importante que los agregados sean más, estén en más lugares y puedan tener el contacto directo de las empresas en Argentina para facilitar el contacto. El nexo de lo público con lo privado será fundamental”, concluyó Tejeda.