Las principales consignas que se escucharon entre el Obelisco y la Plaza de Mayo fueron “No vuelven más”, dedicada al kirchnerismo con música de la marcha peronista, “Basta de piquetes”, “Argentina, sin Cristina”, “Sí se puede”, “Democracia, democracia”, “Ba-ra-del, dejate de joder”. También se reclamó “Justicia por Nisman”, “Los chicos a la escuela” y “Hay que cantar, hay que cantar, los piqueteros a laburar”. Los carteles fueron grandes protagonistas de la marcha.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo en Twitter: “Sí!! se puede!!” Su par de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, señaló que “esta es la Argentina de la democracia”, según publica La Nación.
No hubo funcionarios de primera línea en la Plaza, pero sí concurrieron diputados de Pro y de Cambiemos, encabezados por Eduardo Amadeo, Waldo Wolf y Cornelia Schmidt. En la marcha se dejaron ver también el abogado Pablo Lanusse, el actor Luis Brandoni, el escritor Marcos Aguinis, el presidente de la Sociedad Rural José Luis Etchevehere, y su antecesor Hugo Biolcatti, entre otros dirigentes. En la plaza se cantó cuatro veces el himno nacional.
Lanusse dijo sentir una “fuerte emoción por tanta gente en paz, cansados de atropellos, parece que el populismo no vuelve más”.
Junto a las rejas de la Casa Rosada, Agustina Murga, de 35 años, de Boulogne, dijo a LA NACION junto a sus padres y su hermana Mariana: “Vengo a apoyar al Gobierno y a la democracia porque veo voluntad de cambiar”. Vanesa Bustos, de Burzaco, de 38 años, señaló: “Vinimos en colectivo y en tren a defender la democracia y el futuro de nuestros hijos: no queremos golpes de Estado”. Josefina Mazzotta, de 67, de Ituzaingó, coincidió: “Si los dejamos avanzar a los kirchneristas, está en peligro la democracia”. Su esposo, José Murdocca, de 75 años, se golpeó el pecho con lágrimas en los ojos y dijo: “Soy italiano y este país es mío, mío”.
El ex diputado Fernando Iglesias salía vivado por la gente de la Plaza y celebró: “Estuve en todas las marchas para defender la democracia y la República, y me parece bien que el Gobierno no haya convocado y la cantidad de gente que vino”.
Darío Casina dijo que venía de Río Negro “específicamente a apoyar a este gobierno y en contra de los movimientos destituyentes”.
Javier Serrano enfatizó que “no se puede bastardear con ofensas y actitudes antidemocráticas, y necesitamos una sana convivencia”.
Un joven de 17 años, Facundo, dijo marchar “para bancar a Mauricio y decirle que no afloje y siga con este cambio, para que no seamos Venezuela, muy felices”. Su amigo Gastón, de 18, agregó que “nadie quiere un 2001 salvo un sector golpista”.
Esteban Bullrich padre, el papá del ministro de Educación, señaló caminando por Diagonal Norte que “la clase dirigente se asustó y dejó los espacios a todos estos movimientos. Estoy aquí porque la generación nuestra tiene responsabilidad en lo que pasó”.