Entre enero y junio del presente año se exportaron desde el vecino país unas 65.000 t, por u$s 124 M, según el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), cuyas previsiones para 2005 hablan de alcanzar la cifra récord de u$s 300 M.
Rusia es el principal cliente paraguayo, seguido por Brasil (que recientemente abrió sus fronteras para la carne fresca y reproductores) y Chile, que aumentó también este año el cupo importable de carne de ese país.
Pero el gran objetivo es ingresar -por primera vez en su historia- a la Cuota Hilton europea, que premia con importantes sobreprecios los cortes de alta calidad. Esa meta se concretaría el año próximo, cuando se conozca el informe final de la misión de inspección de la UE, que estuvo recientemente en Paraguay, y que efectuó una evaluación preliminar favorable. De prosperar la tramitación en forma favorable, a partir de mayo de 2006, Paraguay contaría con el 7% de la cuota Hilton.
Pero ello, por paradójico que suene, pondría en peligro la sustentabilidad de todo el sistema.
En este sentido, Alberto Soljancic, titular de la Asociación Rural del Paraguay, solicitó el rápido otorgamiento de un crédito de u$s 20 M para la rápida implementación de planes de retención de vientres, ya que en caso contrario “podría haber desabastecimiento interno”. Una situación similar a la que vive la Argentina, con un stock ganadero superior a las 54 M de cabezas (y una tasa de extracción del 24,5%), en comparación con los casi 10 M de Paraguay (con una tasa de 14%), pero con hábitos alimentarios mucho más ligados al consumo de carne vacuna.
Sebastián Masana | Especial para Infocampo