El ingreso de leche a las principales usinas lácteas del país registró en 2004 un incremento del 17 por ciento con respecto a 2003, según un trabajo elaborado por la Subsecretaría de Política Agropecuaria de la SAGPyA. Durante el año pasado, los tambos argentinos produjeron unos 9.360 millones de litros.
El informe sostiene que la recuperación interanual adquiere mayor relevancia, si se considera que se manifestó en un contexto de precios promedio al productor, de entre 2 y 3% inferiores a los valores de 2003.
A diferencia de lo ocurrido en el pasado reciente, esta fuerte expansión de la oferta de materia prima fue posible gracias a que más de la mitad del excedente de producción sobre 2003 se colocó en el mercado internacional, a precios promedios, que oscilaron entre los 75-80 centavos de peso por litro, explicó la Secretaría.
La importante recuperación observada en la recepción de leche se explicaría en la expansión de la producción diaria de los tambos, que compensó la disminución registrada en el número de establecimientos. Entre enero y diciembre de 2004, la cantidad de tambos disminuyó un 3,1%, en tanto la producción diaria por establecimiento arrojó una media que superó en 21,5% a la del año anterior.
Con referencia al sector primario, el informe destaca que en diciembre de 2004, las industrias recibieron un promedio cercano a los 16 millones de litros diarios, provenientes de unos 6.420 remitentes. El año anterior, captaban una media diaria de 14,5 millones de litros, aportados por 6.600 tambos.
Sobre este tema, el presidente de la Unión General de Tamberos, Guillermo Draletti reconoció que “la recuperación, siendo muy importante, todavía no llega a los valores de producción que tenía el país a fines de la década anterior. Por aquel momento, se llegaba a los 10 millones de litros, con una exportación más baja y un consumo interno fortalecido”.
En la actualidad, el consumo interno “no ha logrado recuperarse, creemos que es parte de la situación económica de la población. No obstante, de a poco, está recuperándose, sin alcanzar los niveles de 200 litros por habitante por año. Incluso había caído mucho, a 170 litros por habitante por año, pero se está supliendo con muy buenos precios pagados a la exportación”, confió el dirigente tambero.
En una entrevista telefónica realizada en Infocampo Televisión, Draletti recordó que el sector continua con “ese lamentable récord mundial de una brecha entre productor y consumidor altísima, comparada con cualquier país desarrollado lechero, donde el tambero tiene una participación de entre el 40 y el 50 por ciento del precio al consumidor y acá es del 20 al 25 por ciento”.
Para el titular de la Unión General de Tamberos, esta diferencia estaría “en la industria, que está refinanciando deudas a mediano plazo, que vienen de la devaluación, y posiblemente esto se esté recargando sobre nuestras espaldas; después una comercialización que siempre remarcó, y que a nivel de supermercado es muy importante. Además, muchos dicen que el costo argentino es muy alto, sobre todo en envases, que tiene componentes importados”, explicó.
Lo cierto es que, de una u otra manera, la leche sigue siendo un componente muy importante en la satisfacción de las necesidades básicas de los argentinos y, hoy por hoy, hasta parecería un bien suntuario.