En el suroeste de Chaco, 15 productores y técnicos agrónomos se reunieron con el INTA y Ministerio de Producción de la provincia para formar la Chacra Suroeste de Chaco en busca de respuestas a la degradación de los suelos y la pérdida de productividad: campos con más de 80 años de agricultura, empobrecidos en N, materia orgánica y compactados.
Todo empeoró con los eventos extremos de las últimas campañas. “Llegaron a caer 300 mm en una noche y, ante esto, no hay suelo que aguante”, explica la Ing. Agr. Solana Romano, coordinadora de la Chacra.
Quienes han perdido la soja y girasol se refugian en trigo, pero cuando el agua no acompaña, el suelo queda en barbecho entre abril y diciembre. “Esto no hace más que acentuar procesos de degradación. Por eso pensamos en dos estrategias: los cultivos de servicios (CS) y la integración agrícola-ganadera”, señaló la experta.
Cultivos de servicios en el NEA
La adopción de CS en la región es baja. Uno de los motivos es la distribución de las lluvias que suelen concentrarse entre octubre y abril, con inviernos muy secos. A esto se suma su alta variabilidad inter e intra anual, que dificulta el manejo de las rotaciones. Pero, para Solana, la clave está en ajustar la herramienta. “Las siembras aéreas pueden ser una llave ya que permiten adelantar la implantación del CS y aprovechar la humedad y temperaturas de marzo, antes que cesen las lluvias”, afirma.
Identificar el mejor momento de secado es esencial para asegurar un periodo de recarga del perfil antes de la siembra de gruesa. Ensayos de 2019 muestran que si bien los CS consumen agua – en especial vicia superando los 250 mm -, mejoran la eficiencia de recarga del perfil respecto de un barbecho, llegando a la siembra con igual o mejor condición hídrica en los primeros 60 cm. “En ensayos hacia el Este, donde llueven 200 mm menos, mezclas de vicia y centeno lograron más de 6.000 kg/ha, lo que nos anima a probar”, dice Romano.
La elección de especies es otro tema: el centeno destaca por su menor consumo de agua y Melilotus aparece como alternativa a vicia por el menor costo de la semilla y por el pastoreo en planteos mixtos.
“Un desafío con el que habrá que lidiar en la zona es la voladura de rastrojos del CS, que no sólo implica la pérdida de los beneficios buscados, sino que afecta el crecimiento del cultivo sucesor al acumularse en ciertas áreas del lote”, describe la coordinadora.
Las vacas vuelven al “convite”
Como ocurre en otras regiones, agricultura y ganadería no se mezclan. “Queremos volver a planteos integrados pensando verdeos con doble enfoque: servicios ecosistémicos y forraje. También pensamos en intercalar pasturas perennes en rotaciones agrícolas para que ayuden a recuperar los suelos”, dice Solana. Ya están en marcha ensayos de consociación de Melilotus con Gatton panic, y se evalúa la posibilidad de mezclar la leguminosa con especies típicas del NEA, como Brachiaria o Grama Rhodes.
También consideran nuevas opciones como “Pega-pega” (Aeschynomene americana), una leguminosa estival que soporta encharcamiento y que es capaz de acumular hasta 4.000 kg en cuatro meses. Al ser nativa de la región tiene excelente nodulación, dejando un residuo de 2-3 % de N. Ofrece forraje rico en proteína para animales de alto requerimiento, puede usarse para recuperar pasturas degradadas o simplemente como CS.
“Puede ser una opción interesante para intercalar – con siembras aéreas de diciembre – entre girasol y un maíz temprano”, concluye Romano.