Cada vez mas países se está adhiriendo al acuerdo mundial que busca detener la pesca ilegal y trece de ellos son de América Latina y el Caribe. La pesca ilegal, no declarada afecta a uno de cada cinco peces capturados, con un costo anual de hasta 23 000 millones de dólares a nivel mundial. La imagen, tomada por tèlam, corresponde a la “milla 201”, el limite de la plataforma marítima donde Argentina pierde el dominio y centenares de barcos deprendan los recursos pesqueros argentinos.
“La pesca ilegal extrae millones de dólares de los bolsillos de los pescadores que sí cumplen con la ley en América Latina y el Caribe. Además, al no estar reglamentada, devasta la biodiversidad marina y afecta a las economías nacionales”, explicó Julio Berdegué- Representante Regional de la FAO, de acuerdo a lo publicado en su sitio oficial.
No hay datos precisos sobre el impacto de la pesca ilegal en la región, pero sí se sabe a quienes afecta a 2.4 millones de personas que se dedican a la pesca y la acuicultura en la región y a todos quienes consumen pescado en sus dietas.
En América Latina y el Caribe, once países se han unido para crear una red para combatir la pesca no delcarada, ellos son Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay. Sin embargo, Argentina permanece a un lado de esta unión.
La red, le permite a los países compartir experiencias, información sobre sus barcos y leyes, como asi también fomentar acciones de cooperación Sur-Sur, como el curso de formación de inspectores de barcos que realizaron Chile y Perú.
El día 5 del corriente mes, se celebró Día Internacional de la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada(INDNR). La fecha fue elegida como día internacional porque es el aniversario del Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto-AMERP, que entró en vigor en 2016. Es el primer acuerdo internacional vinculante dirigido de forma específica a combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Hasta el momento, son partes del acuerdo 54 Estados y la Unión Europea, y muchos han comenzado ya a aplicar sus disposiciones.
“Muchos otros países se encuentran actualmente en el proceso de ratificación por parte de sus parlamentos. Me gustaría felicitarles a todos e instar a todos los demás países a unirse a este esfuerzo global para acabar con la pesca ilegal. Para que el AMERP alcance plena eficacia, necesitamos que se sumen todos los países”, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, en un acto paralelo celebrado durante el Consejo de la FAO con ocasión de este día internacional.
El AMERP reduce los incentivos para los buques que operan ilegalmente, negando su acceso a los puertos y, por lo tanto, limitando su capacidad para desembarcar sus capturas e impide que los productos pesqueros obtenidos de forma ilícita lleguen a los mercados nacionales e internacionales.
Por vez primera, existe un impulso creciente para estrechar el cerco sobre la pesca ilegal, con una serie de instrumentos internacionales que hacen que el mundo esté más cerca de lograr este objetivo. El AMERP se complementa con otros instrumentos, como son las Directrices voluntarias para la actuación del Estado del pabellón de la FAO y las Directrices voluntarias para los sistemas de documentación de las capturas, introducidas por la FAO en 2017 para permitir una trazabilidad mejor y más armonizada del pescado a lo largo de la cadena de valor.
El Registro mundial de buques de pesca, transporte refrigerado y suministro -que se hizo operativo en 2017-, es un registro certificado a nivel estatal con información sobre las embarcaciones que participan en operaciones de pesca y es un elemento que apoya la implementación del AMERP y del seguimiento, control y vigilancia de la pesca en general.
Las Directrices voluntarias sobre el marcado de las artes de pesca de la FAO -que apuntan a reducir los aparejos abandonados, perdidos o descartados- han sido negociadas los países miembros de la FAO y están pendientes de aprobación por el Comité de Pesca de la FAO, en julio de este año.
“Contamos con todos los instrumentos necesarios para lograr nuestro objetivo, pero para ello necesitamos también un sólido compromiso de los gobiernos y de todas las partes interesadas relevantes”, concluyó Graziano da Silva.
Los pescadores en pequeña escala, los más vulnerables
Cerca del 10 por ciento de la población mundial depende directamente de la pesca para su sustento, y en muchos países en desarrollo, el pescado es el alimento más comercializado. La pesca ofrece además empleos para los jóvenes y las mujeres. Pero la sostenibilidad de este importante sector socioeconómico se encuentra gravemente amenazada por la pesca ilegal.