Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) renovó sus críticas al aumento del gasoil, que rige desde el pasado fin de semana.
En un comunicado, CRA se refirió al “insumo más sensible” y aseguró que la suba “golpea fuerte en los productores agropecuarios”.
“El precio del gasoil, principal insumo en distintas ramas de la producción agropecuaria, viene siendo un tema de preocupación en el sector. Desde la desregulación del precio de los combustibles en octubre de 2017 (medida celebrada en pos de la transparencia del mercado), se viene dando una seguidilla de aumentos que no parece, al menos hasta ahora, tener solución de continuidad”, señaló.
En ese sentido, consideró que “ya sea por situaciones externas, de contexto, como podría ser el aumento del precio internacional del barril de crudo, la modificación de la política cambiaria, el precio del bioetanol o también por decisiones propias como el aumento por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) del Impuesto a los Combustibles líquidos y al Dióxido de Carbono (IDC 6,7%), el resultado lo vemos reflejado en el precio al surtidor que pagamos a partir del fin de semana anterior un 5 % más, y que acuerda un aumento de un 3 % para el mes de julio“.
“Argentina está cuarta en un ránking de los 35 países de la región en cuanto a precios de combustibles se refiere”, subrayó la entidad perteneciente a la Mesa de Enlace.
Asimismo, remarcó que “el incremento replica para todo el sector en $1.070 millones en junio, y en julio $715 millones adicionales, lo que da un total de $1.785 millones“.
“Demás está decir que se sentirá con mayor fuerza en aquellas actividades que no tengan atado parte de su resultado al movimiento del tipo de cambio, como pasa en la agricultura, que si bien en dicha actividad la incidencia del insumo gasoil es alta tendría, fruto de la mejora en los precios de pizarra, una posición relativa mejor para absorber dicho aumento. No es este el caso de las actividades pecuarias y regionales, donde el gasoil forma parte importante de su estructura de producción, y donde un incremento de precio resulta en una incidencia relativa mayor por parte del insumo en la estructura de costo productivo: estos son los grandes perdedores de la coyuntura“, sostuvo.
En materia de impuestos, CRA indicó que la rebaja de 10% del Impuesto de Transferencia del Combustible (ITC), que entró en la reciente reforma impositiva y se pensaba actuaría como un colchón frente a los aumentos, finalmente “quedó desdibujado por el aumento de alícuota de IDC”. “En este momento, la sumatoria de ambos impuestos (ITC + IDC) representa un 20% del importe neto“, agregó.
“Del total pagado en una factura de gasoil, el 46% es carga impositiva (conceptos no grabados, IVA, Ingresos Brutos, Resoluciones, etc.), es decir, de los $1.785 millones del impacto, $821 millones son impuestos”, reclamó.
Asimismo, destacó que a eso hay que sumar que el convenio entre el Gobierno y las empresas definió que se creará una cuenta compensatoria ya que existe un retraso acumulado del orden del 12% que no fue trasladado a precio durante el binomio mayo- junio, y aseguró que “las grandes cuentas de la agroindustria nos confirman que esperan un aumento del orden del 20 % entre junio y agosto“.
“Si le sumamos el reajuste que anunciaron a mayoristas, estamos hablando de un 20 % de aumento de aquí a agosto, y habría que sumarle al sector unos $3.000 millones adicionales, que contendrían una carga tributaria de $2.200 millones”, lamentó la entidad.
Finalmente, señaló que “como productores esperamos ver los frutos de esta política de desregulación, y que se manifieste en una baja de costos, y una mejora de la tan mentada competitividad, lo cual entendemos fue el espíritu inicial de esta medida, mientras tanto el sector aguanta pero la salida parece ser cada vez más compleja“.