En un país como la Argentina, donde no se le da respiro al lote y se hace mucha siembra directa, resulta fundamental que el productor, quien está en permanente contacto con cosechadoras, tractores, sembradoras tolvas y pulverizadoras preste atención a las cualidades importantes que definen un buen desempeño de la cubierta.
âLo más importante es ser eficientes, porque si la cubierta está bien en contacto con el suelo y es armónica con el peso que soporta se va a gastar menos combustible y se contaminará menos, y por el otro se va a compactar menos el suelo (que redundará en mejores rendimientos para el siguiente cultivo)â, explicó a Infocampo el doctor ingeniero agrónomo Guido Botta, director del Centro de Investigaciones y Docencia de la Universidad de Luján.
El consultor en maquinaria agrícola, Ricardo Martínez Peck, coincide en la importancia de elegir el tamaño adecuado. âLos fabricantes a veces le ponen la mínima cubierta que permita llevar determinado tractor, para bajar costos, pero a veces gastar un poco más en la cubierta redunda en un menor dañoâ, dijo. En su recorrida por los campos, muchas veces, Martínez Peck se encuentra con presiones de inflado totalmente fuera de catálogo.
La cosechadora necesita las cubiertas para trasladarse sobre el suelo, mientras que el tractor, además del traslado las necesita para traccionar. Si se trabaja en una zona con suelo arcilloso, el tractor necesita una muy buena superficie de apoyo, esto es, una cubierta de rodado ancho. Si la tracción es sobre suelos áridos de La Pampa, es importante el peso para poder traccionar, entonces interesa más que tenga gran cantidad de telas.
Lo ideal es poder equipar a todas las máquinas con cubiertas radiales, porque permite una buena superficie de apoyo con menor presión de inflado que la convencional. âLa cubierta radial, por su construcción, es dura en la pisada, en la banda de rodamiento, y blanda en los costados, con lo que se beneficia la labor agrícola porque hay una deformación compartida entre la cubierta y el sueloâ, indicó Botta. También beneficia al conductor porque se absorben mejor las vibraciones.
Vida útil. El conductor o dueño de la máquina es el responsable directo de los años que pueda usarse una cubierta. La vida útil está determinada directamente por la presión de inflado que se le da para la tarea adecuada. Es importante respetar los rangos estipulados en el manual de la cubierta según el lastrado. Cuando se le saca lastrado al tractor lo mejor es bajar la presión de inflado y cuando se le agrega, subirla. Si la cubierta está poco inflada se recalienta y se gasta; si está muy inflada pierde superficie de apoyo y va a pisar en el medio desgastando el centro y no en los costados, generando un mayor desgaste incorrecto.
âAdemás hay que tener en cuenta que en nuestro sistema productivo hay mucho traslado por la ruta y ahí es fundamental manejar la presión para circular en suelo duro; en el caso del equipo que se le engancha al tractor, es fundamental que sea acorde a la potencia que el tractor tiene, porque si no va a estar siempre patinando generando desgasteâ, manifestó el director del Centro de Investigaciones de Luján.
Costos. En la compra de una máquina cosechadora o tractor grande, que son los que más daño pueden hacer al suelo, la elección de la cubierta no representa un porcentaje importante del valor de la máquina.
âLa cubierta radial es más cara que la convencional, lo que pasa es que estamos produciendo en una situación de alto tráfico con máquinas muy pesadas, y tenemos que favorecer la conservación del sueloâ, dijo Botta.
En una cosechadora de alrededor de 250.000 dólares, una cubierta cara puede valer unos u$s1.000 âpor ejemplo, las radiales-, es decir, el 0,4% del valor de la máquina. Si se cuidan bien, el cambio de cubierta puede ser a los cinco años.
Juan I. Martínez Dodda
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