El silobolsa es una tecnología que durante su creación contó con el aporte del INTA y en la actualidad trasciende fronteras, debido a que se exporta de manera exitosa a más de 50 países de todo el mundo.
Desde su constitución en la Argentina –hace casi 30 años–, la evolución del silobolsa fue formidable: de unas pocas toneladas a principios del 2000 a tener aproximadamente 50 M de toneladas almacenadas en los últimos 10 años.
“En la Argentina casi el 40 % de los granos se almacenan en silobolsas y, tanto los productores agropecuarios como los acopios y las industrias conocen cómo hacer el uso de esta tecnología, gracias al trabajo del INTA”, expresó Juan Cruz Molina Hafford, presidente del INTA.
Lo hizo en el marco de una recorrida, desarrollada en la Planta de almacenaje Piloto del INTA en Balcarce, Buenos Aires. “Pudimos aplicar en la Argentina este modelo de gestión de la tecnología de silobolsa gracias a la extensión”, continuó. Por lo tanto, destacó que en la actualidad, su organismo colabora técnicamente con todas las empresas que están haciendo el aporte de estas soluciones tecnológicas junto con Cancillería.
La Planta Piloto de INTA tiene capacidad para innovar en tecnologías relacionadas con almacenamiento hermético, atmósferas controladas y modificadas, sistemas de monitoreo y gestión de calidad y sistemas de secado.
“En la Argentina casi el 40 % de los granos se almacenan en silobolsas y, tanto los productores agropecuarios como los acopios y las industrias conocen cómo hacer el uso de esta tecnología, gracias al trabajo del INTA”, expresó Juan Cruz Molina Hafford, presidente del INTA.
Además, analiza el control de plagas, segregación y trazabilidad, evaluación de parámetros de calidad, sanidad e inocuidad en granos, semillas y productos derivados bajo diferentes condiciones de almacenamiento, automatizaciones en procesos de poscosecha y procesos de transformación primaria de los granos, entre otros.
SILOBOLSA: EL DESAFÍO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
El secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno Nacional, Leopoldo Sahores, también participó del encuentro y mostró la importancia de esta tecnología respecto a la seguridad alimentaria.
Al respecto dijo que es uno de los grandes desafíos que tiene la población mundial, que va a ser de 10.000 millones de personas en pocos años.
“Tenemos que asegurarnos que la producción de alimentos sea mantenida, guardada, conservada de una manera segura y sustentable”, indicó el funcionario.
Profundizando en su discurso, Sahores cree que el silobolsa es un método muy eficiente, económico, competitivo y que se puede adaptar a distintas circunstancias. “Es algo que la Argentina tiene para ofrecer”, expresó.
Todo sobre el silaje de grano húmedo: confección, manejo y aprovechamiento
Además, dijo que “es necesario generar una conciencia, dar a conocer la tecnología y, en este punto, el INTA tiene un rol fundamental en capacitar a quienes van a emplear esta tecnología”.
UN SISTEMA QUE CRECE
Durante el recorrido, Ricardo Bartosik, investigador del INTA Balcarce y coordinador nacional de Poscosecha de Granos, recordó que el INTA viene trabajando con Cancillería desde hace muchos años en la promoción de la tecnología de silobolsa en el mundo, en cooperación también con las empresas fabricantes de las maquinarias necesarias.
“A escala global, la Argentina es uno de los principales oferentes de tecnología agropecuaria”, expresó Bartosik y señaló: “Como país, las empresas argentinas tienen una reputación en el mundo respecto de desarrollar y comercializar tecnología y para eso hubo que trabajar mucho en desarrollar su red de distribuidores, de apoyo logístico, de servicio post venta y tener un sistema público que aporte tecnología con respaldo y con información científica”.
Con una superficie de 600 metros cuadrados, la Planta Piloto del INTA es única en Latinoamérica y es el resultado de la articulación entre el Instituto, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) y el Conicet. Además, ofrece servicios de evaluación de productos y procesos específicos, según las necesidades de la industria.