La adhesión o no de Argentina al convenio UPOV 91, que supondría modificar algunas pautas que rigen actualmente en el mercado de semillas argentino, sigue sumando voces tanto a favor como en contra.
Quien se expresó al respecto en las últimas horas fue Julián Domínguez, quien fue ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca durante parte de las presidencias de Cristina Fernández y de Alberto Fernández, y que defendió la propuesta de la administración que encabeza Javier Milei, pese a que es un referente histórico del peronismo bonaerense.
En declaraciones recientes, Julián Domínguez destacó la importancia de modernizar la legislación referente al mejoramiento genético en el país, enfatizando en los beneficios que esto conllevaría tanto para los productores como para la economía nacional.
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Según Domínguez, Argentina se encuentra rezagada en este aspecto en comparación con otros países de la región, lo que está resultando en pérdidas significativas en términos de rendimiento y competitividad.
LAS SEMILLAS Y EL SISTEMA UPOV 91
“Argentina está perdiendo mucha plata, los productores mucho rendimiento; tenemos 300 kilos menos de rendimiento con Brasil cuando hace 20 años era a la inversa, Argentina tenía entre 350 y 400 kilos más de rendimiento por hectárea”, comparó Domínguez.
Y continuó: “Esta respuesta de mejoramiento genético en soja nos permitiría tener la semilla adecuada para cada región y atenuar los efectos del comportamiento climático tan variado”.
Para el ex funcionario, que también fue candidato a gobernador de Buenos Aires en 2015, “lo que hay que decirle al productor es que el mejoramiento genético es para tener mayor crecimiento y rendimiento de la producción“.
“Por lo tanto, lejos de representar una pérdida, va a representar para el productor un beneficio y para el país mayores ingresos”, agregó.
Por estos motivos, el dirigente peronista instó al Congreso a llevar a cabo una discusión seria y responsable sobre este tema, con el objetivo de comprender la importancia de los cambios propuestos y lo que considera su impacto positivo en el sector agrícola y en la economía en general.
“Ojalá que el Congreso dé esta discusión, ojalá que se comprenda esto. Esto no es para mal de nadie, sino para bien de todo y se dejen ataduras conceptuales. Me parece que acá son los temas donde Argentina debe dar ese salto hacia la modernidad, debe tener la diligencia y el coraje de tomar decisiones que el país necesita y no puede postergar más”, concluyó Domínguez.