El dirigente fundamentó que la suspensión de los subsidios incidirá obligadamente en una “reducción de la pobreza” y cuantificó que “los países en desarrollo pierden u$s24.000 M al año, debido al proteccionismo”.
Según Saredi, “por cada dólar perdido en comercio, hay un efecto multiplicador que causa pérdidas por otros u$s3, debido a factores como menor inversión, y menos empleo”.
Esta realidad no es ajena al propio presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, quien instó a los dirigentes de los países industrializados a eliminar “los subsidios y otras barreras” al libre comercio.
En un artículo del diario británico Financial Times, el ex número dos del Pentágono afirmó que la Ronda de Doha “tiene que ser un éxito”, para permitir a los países en desarrollo un “mayor acceso a los mercados globales”.
Más que claro, Wolfowitz aseguró que “el comercio, y no la ayuda, es la clave para la creación de puestos de trabajo y el aumento de la renta”.
Bastante alejado de esta postura, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, consideró que la política agraria común (PAC) de la UE no debería sacrificarse en las negociaciones de la OMC. Desde hace semanas, Francia enarbola una fuerte crítica sobre el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson.