Decir que los hábitos de consumo de la población están cambiando no es informar nada nuevo. Pero si tenemos en cuenta el efecto que ha generado a nivel global la pandemia del Covid-19, poniendo en agenda la salud de la humanidad y del planeta Tierra, está claro que todo ese proceso que se venía dando de forma paulatina se aceleró de una manera nunca antes pensada.
Estos cambios se pueden observar desde diferentes órbitas, como puede ser el crecimiento significativo que registraron las páginas de e-commerce, donde una de las prioridades de los consumidores fue no desplazarse fuera de su casa para obtener un producto. La montaña finalmente vino a Mahoma
En otra órbita, el peso de la sustentabilidad ganó agenda y conciencia. Es así que el cuidado del ambiente tomó más importancia entre los consumidores, y según un estudio de principios de 2021 de la consultora internacional Kantar, en Argentina 7 de cada 10 personas sienten que pueden hacer algo por el medio ambiente, y para el rango etario de 17 a 25 (centenials), el número asciende a 8 de cada 10 que se sienten más empoderados.
Estos datos de Kantar fueron recogidos por el disertante Adrián Bifaretti durante el seminario que realizó hoy el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) llamado “Carne Argentina, Carne Sustentable”.
El nuevo paradigma
¿Cuál es este nuevo paradigma del “consumidor empoderado”? Es el peso que tiene el cuidado medioambiental en las decisiones del consumidor, lo cual lleva a que los hábitos de consumo giren hacia productos que “no contaminen” o aquellos que sean más “sustentables”.
Aquí entran en juego muchos factores más, como puede ser la información de cada producción, el etiquetado de cada producto (Cruelty Free por ejemplo), y yendo a los específico de los alimentos, la ideología o creencias, y cada una de las apreciaciones personales del consumidor sobre una cadena específica que tiene un valor significativo a la hora de elegir.
A nivel mundial, Bifaretti detalló que “en el caso de EE.UU. muchos jóvenes están abandonando el consumo de carne y casi un 50% de los compradores consideran a los factores que están relacionados con la sustentabilidad en el momento de hacer sus compras”.
Si vamos al caso de Europa, “el año pasado se hizo una encuesta muy sólida: 2/3 de los consumidores están dispuestos a cambiar los hábitos alimentarios por motivos ambientales y algo más de 40% dicen que han dejado de comer carne o la han reducida, también por motivos medioambientales”, amplió.
Redes
¿Y las redes sociales? El Jefe de Promoción Interna del IPCVA argumentó que “las redes sociales ayudan a los usuarios a usar este poder. Cando hablamos de un influencer, cuando hacía referencia al acuerdo con China, ahí siempre hay movilizaciones. Los usuarios se sienten con poder, fíjense la cantidad de gente que manifiesta que le gusta esta propuesta que está bajándose desde un influencer”.
Dicho de otra manera, el influencer tiene un peso específico mucho más alto en los jóvenes, que un portal de noticias por ejemplo, y las redes sociales en su conjunto, permiten que ese mismo joven como consumidor este más empoderado a la hora de diagramar sus hábitos de consumo, o como indica Bifaretti: “Las redes facilitan este empoderamiento“.
Esta nueva “realidad” obliga a repensar y rediseñar estrategias para competir exitosamente. Los consumidores están mucho más sensibilizados con las problemáticas medioambientales y presentan exigencias que deben provenir de acciones científicas validadas localmente.
Por estos motivos y tantos otros, durante la jornada el IPCVA presentó un estudio inédito en el que 45 científicos argentinos relevan la situación actual de la sustentabilidad de la ganadería argentina para poner en blanco sobre negro qué es lo que están haciendo bien desde el sector y dónde tienen que mejorar, que se puede descargar haciendo click AQUÍ.