Como si algo le faltara al comercio de carnes internacional, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (Usda) confirmó ayer que un bovino en Alabama dio positivo a un test rápido del llamado mal de la vaca loca.
Un análisis de rutina realizado el viernes 10 por un veterinario privado habría revelado la presencia del agente que causa la Encefalopatía Espongiforme Bovina (o BSE, por sus siglas en inglés) en un animal que no podía caminar y que había permanecido en Alabama por menos de un año.
Los resultados fueron confirmados por análisis más detallados realizados en un laboratorio gubernamental en Ames, Iowa, dijo el jefe de veterinaria del Usda, John Clifford.
El funcionario garantizó que la salud humana “está protegida por un sistema de salvaguarda interna” y aclaró que el animal sospechado no ingresará al circuito comercial.
Un comunicado del Usda especificó que el bovino en cuestión tiene poco menos de 10 años de edad, lo que “indicaría que nació con la reglamentación de la FDA de 1997”, que prohibió la incorporación de harinas animales en la alimentación de rumiantes.
Este es el tercer caso de vacas con BSE que se detecta en Estados Unidos, después del registrado en Washington, en diciembre de 2003, y otra en una vaca tejana, en junio de 2005.
El gobierno estadounidense está tratando de tranquilizar a Japón y a otros países importadores de carne estadounidense.
“Mantenemos a todos ciertamente informados de la situación y entregaremos toda la información que tengamos”, aseguró el portavoz del Usda Ed Loyd, después de que Hong Kong ya anunciase sus reservas a seguir importando carne de EEUU.
Por otra parte, la OIE notificó la aparición en Suecia de un caso de vaca loca, en un animal perteneciente al condado de Wástmanland. La vaca es de raza cruzada y nacida en marzo de 1994.
En todo el mundo, la enfermedad causó la muerte a unas 150 personas.
