La vaca Holstein nació en la misma época que la mayoría de los otros casos registrados con la encefalopatía espongiforme bovina, antes de que la alimentación del ganado con piensos fabricados con huesos de animales y carne fuesen prohibidos por los temores a una propagación de la enfermedad.
Un responsable del Ministerio japonés señaló que debido a esa razón las autoridades de ese país no variarán su política de prevención respecto a la enfermedad.
Los restos de la res dieron positivo en dos análisis efectuados en un matadero de Hokkaido, por las Universidades de Hokkaido y de Obihiro.
La actual normativa sobre las estrictas pruebas a realizar para detectar la enfermedad entró en vigor en octubre de 2001, un mes después de confirmarse el primero de los casos de “vaca locas” en Japón.
Además de las pruebas que se realizan a todas las reses que pasan por el matadero, desde abril del año pasado, las autoridades locales examinan a todas las vacas mayores de 24 meses que mueren por causas desconocidas.
En febrero de este año se confirmó en Japón por primera vez la variante humana de ese mal (la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob), en un paciente que falleció en diciembre pasado. El enfermo había visitado Gran Bretaña durante un mes en 1990, explicaron entonces fuentes de ese Ministerio.