En el primer semestre del año, en los campos de cría se observó una mayor retención de terneros a partir de un precio de la invernada que no terminó de despegar y ofreció incentivos a los productores ganaderos para agilizar la comercialización de hacienda.
Según el informe semanal elaborado por el mercado ganadero de Rosario (Rosgan), el valor del ternero –medido en términos reales- registró en junio la marca más baja para ese mes en la última década. Además, representa un tercio menos a lo alcanzado en los dos años precedentes.
“Esta debilidad en los valores de mercado, lleva al criador a compensar parte de esta merma en precio a través de la cantidad de kilos que salen del campo”, señalaron los rosarinos.
Un dato a tener en cuenta es que el estado de los campos hizo posible este tipo de retención temporal de las invernadas.
Si bien en junio ya se comenzó a observar un ajuste importante en la humedad disponible en los suelos, las temperaturas se mantuvieron relativamente cálidas, con marcas por arriba de lo normal para ese mes.
LOS TERNEROS, CON LA MIRADA EN EL CLIMA
Para julio y agosto, los pronósticos indican temperaturas que serán más bajas de lo habitual, asociado a una anomalía más neutral para esos meses y lluvias estacionalmente mucho más reducidas.
De cumplirse esta tendencia, la oferta de pasto se restringirá y parte de la invernada deberá destinarse a corrales.
De acuerdo a los últimos datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el encierre al 1° de junio acumulaba cerca de dos millones de cabezas, un número similar al mismo período del año pasado.
Desde el Rosgan consideraron que estos números –de reflejar con fidelidad la cantidad de terneros producidos al 31 de diciembre de 2023- “estarían revelando una mayor retención por parte del criador, en particular si se lo compara con el año 2022, el cual no se había visto afectado por una condición climática tan extrema como la registrada el año pasado.
MOVIMIENTO DE TERNEROS
En junio comenzó a percibirse la estacionalidad en la ganadería y la salida de animales livianos desde los campos comenzó a ser menor. Según el Senasa, en ese mes se movilizaron 989.336 cabezas, un 40% menos con respecto al mes previo,
De todos modos, no debe perderse de vista que en mayo la salida de terneros fue particularmente elevada. La entidad rosarina calculó que un tercio de esos traslados (541.700 terneros y terneras) tuvieron como destino los feedlots.
Sobre un stock total de 14,7 millones de livianos, la salida de terneros registrada en junio representó un 6,7% de dicho inventario, porcentaje muy alineado a lo que muestra para ese mes el promedio de los últimos años.
En los meses previos, la tónica del negocio fue distinta. En abril se percibió un cierto amesetamiento en los traslados, concentrando un fuerte nivel de oferta durante mayo, que se tradujo en un nuevo máximo histórico en el porcentaje de traslados.
