El asesor técnico Alejandro Astaita (Foto) tiene la satisfacción de la tarea cumplida en el manejo de malezas, en el plena sequía. Su región de trabajo, el sudoeste cordobés, que, como otras productivas, padece el impacto de la tercera Niña consecutiva.
Astaita enfrenta el desafío y la dificultad de control de malezas duras, como el yuyo colorado (Amaranthus) y crucíferas como nabo y nabolsa, principalmente. Estas problemáticas son de difícil control hasta en plena seca.
Igualmente, el asesor consiguió excelente efectividad de estas especies sobre un lote ubicado en el partido de General Pueyrredón, al ingreso de Sierra de los Padres, cerca de la zona del Coyunco, la campaña anterior.
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“En nuestra zona, los nacimientos de yuyo colorado ocurren dentro del ciclo del cultivo de maíz, por eso siempre cuesta resetear el lote en ese momento”, dijo Astaita y puso el foco en la necesidad de recurrir a herbicidas pre-emergentes con residualidad.
Por otra parte, Asaita también cuenta que en lotes que salen de trigo/soja de segunda y pasan por un barbecho largo de invierno, también hay inconvenientes de control. Tradicionalmente, reciben un manejo con hormonales (2,4-D) más, en algunos casos, el herbicida MCPA, por los problemas de resistencias de crucíferas al 2,4-D.
El campo en que logró alta efectividad de control de todas estas especies tiene la particularidad de contener un 5% de materia orgánica en los suelos.
EFECTIVIDAD
“Veníamos probando diferentes productos y decidimos incorporar a nuestros planteos técnicos el herbicida Dinamic 70 WDG, de UPL”, reconoció el técnico, a lo que también reveló que, con esta prueba, estaban buscando rotar modos de acción y reducir el banco de semillas de las especies antes citadas.
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El asesor también aclaró que, para los suelos con alto contenido de materia orgánica, hay un desafío extra. “Aprendimos que, para nuestra calidad de suelos y siguiendo los consejos de UPL, necesitábamos dosis de 700 gramos por hectárea de Dinamic, un 40% que lo promedio porque, de lo contrario, cae el control”, explica.
Respecto a las recomendaciones de la compañía sobre este herbicida, cuyo modo de acción es el “Amicarbazone”, se recomienda no utilizarlo en suelos con más de 70% de arena y menos de 2% de materia orgánica, ajustando a su vez la dosis de acuerdo al tipo de suelo.
A la hora de evaluar los resultados, la satisfacción del asesor es evidente. “Siempre conseguimos resultados exitosos de control dentro del maíz y en el barbecho largo”, dijo Astaita y resaltó haber encontrado el producto y la dosis adecuada para obtener una buena residualidad, logrando un excelente control de malezas en todo el ciclo de cultivo.