El sector forestal presentó su Plan Estratégico 2030, que apunta a dinamizar la producción local y engrosar el volumen de exportaciones. De acuerdo a estadísticas de esa cadena de valor, cuentan con una superficie de 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales, 6.000 pymes de la cadena madera-muebles, que generan unos 100.000 empleos directos y exportaciones por U$S 550 millones.
De acuerdo al Consejo Foresto Industrial Argentino (Confiar), con una base de trabajo entre los ámbitos públicos y privados, se pueden atraer inversiones por U$S 7.000 millones, que permitirían crear 186.000 empleos y llevar las exportaciones a U$S 2.600 millones.
Román Queiroz, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima), detalló algunos de los problemas de la actividad forestal. “Somos un sector con mucha mano de obra y hoy tenemos como principales problemas la falta de divisas para poder importar insumos”, explicó.
Y agregó: “Además, se necesitan rever los derechos de exportación, ya que hay muchos productos que están pagando hasta 4,5% de derechos de exportación, lo que claramente achica mucho el margen”.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Fabricantes y Representantes de Máquinas, Equipos y Herramientas para la Industria Maderera (ASORA), Osvaldo Kovalchuk, consideró que Argentina necesita crecer con tecnología aplicada en todos los procesos productivos. “Si observamos la tecnología de punta que se usa en los países más cercanos y la comparamos con la nuestra, lamentablemente estamos atrasados”.
Ver esta publicación en Instagram
INVERSIONES VERDES
Según expresaron desde Confiar, la expansión de los árboles en sistemas silvo-pastoriles sería una oportunidad al sector ganadero. “La plantación de árboles se puede realizar promoviendo la actividad foresto-ganadera y con ello, la carne carbono neutro y su posibilidad de Certificación”, remarcaron.
Organismos como el INTA avanzaron en las mediciones que permiten la determinación de la huella de carbono de la carne en distintos sistemas foresto-ganaderos, para demostrar su viabilidad de su certificación como carbono neutro.
“La foresto-ganadería ha evidenciado mejoras sustanciales de productividad en la producción de carne al mejorar el bienestar animal y la disponibilidad de pasturas y, al mismo tiempo, responde a la sensibilidad de la población con respecto a las emisiones generadas por la actividad.”, destacaron. En Brasil, los principales grupos frigoríficos ya certifican la carne como carbono neutro.