La Guía Estratégica para el Agro informó que el impacto de la ola de calor en la región núcleo está afectando seriamente a los cultivos, y que no será fácil que las próximas lluvias repongan los milímetros perdidos.
Con alerta violeta del Servicio Meteorológico Nacional y más de 40.000 usuarios sin suministro de electricidad en Capital Federal, las temperaturas extremas se hicieron evidente estos días. Pero a nivel agrícola a partir del viernes 22, las mínimas treparon por encima del umbral, sobre todo en el este de la región, y las máximas fueron arrolladoras.
“El otro parámetro que define una ola de calor, temperaturas máximas por encima de los 32°C, fue ampliamente superado. Las máximas registradas en los últimos 4 días en la región núcleo superaron los 36°C. La franja este alcanzó casi los 40°C. En las últimas 96 horas, durante la mitad de ese período (48 horas) los termómetros permanecieron por encima de los 30°C. El grado de insolación fue cercano a las 13 horas de sol diarias y en los máximos cenitales se superó los 1000 W/m2“, detalla el GEA.
Para determinar cuál es el impacto de la ola de calor en la región núcleo, el GEA evalúa la red de estaciones de la Bolsa de comercio de Rosario y el algoritmo de HARGREAVES y SAMANI.
Como resultado se determina que “para las 10 millones de hectáreas que conforman la región núcleo esta ola de calor significa una pérdida aproximada de agua en el suelo de 7 a 8 milímetros diarios. La región núcleo perdió por evapotranspiración un valor cercano a los 30 milímetros que equivalen al 60% de los acumulados recibidos en las últimas lluvias“, concluye el informe.