Normalmente, los terneros nacidos a termino pesan 30 kilos en promedio, dependiendo de su raza. Cuando este bovino, llamado “Lil Bill” nació, su peso era de tan solo tres kilos y medio, aproximadamente el tamaño de un gato adulto, algo que llamó la atención en los profesionales, los cuales estimaron que el pequeño podría tener alguna forma de enanismo.
Actualmente, se encuentra bajo los cuidados de expertos bovinos del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Mississippi en Starkville (MSU-CVM). Fue entregado por sus dueños a los veterinarios el pasado 27 de octubre.
Cabe aclarar que Lil Bill actualmente se encuentra fuera de peligro, pero en observación tras haber superado un mes de complicaciones respiratorias.
Según indicaron desde Estados Unidos, Lil ‘Bill llegó al MSU-CVM después de que sus dueños lo descubrieron en su campo e inmediatamente intentaron cuidarlo por un par de días. La familia cría ganado desde hace muchos años, y enseguida reconoció que el ternero necesitaba un cuidado avanzado y buscaron ayuda en la MSU-CVM.
“Los dueños del ternero realmente querían que lo salvemos, y creo que ellos realmente querían mantenerlo, pero él estaba en una situación muy difícil con muchos problemas respiratorios cuando vino a nosotros”, dijo la Dr. Grissett, explicando que al igual que en los bebés prematuros, es muy común que los terneros prematuros no tengan los pulmones totalmente desarrollados.
En este punto, Lil ‘Bill está siendo monitoreado cuidadosamente, todos los días las 24 horas, y su pronóstico es indeterminado, aunque aseguraron que ya no está con oxígeno terapéutico.
Las radiografías y los análisis de sangre posteriores muestran que sus pulmones han mejorado. Sin embargo, todavía hay algunas incógnitas sobre su condición real.
Debido a que nació demasiado pronto, la Dr. Grissett explicó que el equipo también tiene que vigilar cuidadosamente sus articulaciones. “En este momento, los huesos de Lil ‘Bill no están completamente desarrollados, por lo que tenemos sus piernas entalladas para proporcionar un soporte adecuado.
“Muchos de los problemas que enfrentamos con él son, de hecho, muy similares a los de los bebés prematuros. A menudo les lleva meses crecer y ser tan fuertes como deberían haber sido al nacer, y generalmente enfrentan retrasos en el desarrollo y otros problemas similares, si son lo suficientemente afortunados para sobrevivir”, concluyó el Grisset.