En un nuevo trabajo sobre las diferencias de precios entre origen y destino, o bien, que demuestra que el productor no es formador de precios, Federación Agraria Argentina realizó un informe, con infografía incluida (Ver abajo) que muestra lo siguiente: Con un billete de 1.000 pesos, ¿cuál es la diferencia entre lo que recibe el productor por vender su producción y lo que paga el consumidor en la góndola del supermercado?
De esta forma, apoyado en ocho productos de la canasta básica de alimentos (un litro leche, una docena de huevo y un kilo de manzana, pera, arroz, papa, azúcar y cebolla), cuál son las diferencias de “poder adquisitivo”.
Y las resultados son muy claro.
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Entonces, con 1.000 pesos y, en función de los precios detallados:
- El consumidor compra 12,23 litros de leche, mientras que el productor los percibe por 33,3 litros.
- En el caso de los huevos, el consumidor compra 6,29 docenas, mientras que el productor los percibe por 12,5 docenas.
- Para la manzana, con ese monto en góndola se compran 5 kilos de manzana y al productor se lo pagan por 25 kilos.
- Con la pera, el consumidor compra 6,29 kilos y al productor se lo pagan por 50 kilos.
- En el caso del arroz, con $1.000 se compran, en supermercados, 6,37 kilos y el arrocero los obtiene por 40 kilos.
- Para papa, se compran 14,49 kilos mientras que el productor entrega 50 kilos por ese monto.
- Al referirse a la azúcar, en góndola se pueden comprar 14,11 kilos, mientras al productor se lo pagan por 23 kilos.
- Finalmente, el consumidor se lleva 11,12 kilos de cebolla y el cebollero entrega 200 kilos.
Luego del análisis, dice el trabajo, “el productor no es formador de precios”.