Un estudio del Instituto de Investigación Médica Harry Perkins y la Universidad de Australia Occidental reveló que el veneno de la abeja destruye rápidamente el cáncer de mama triple negativo y las células de cáncer de mama enriquecidas con el receptor del factor de crecimiento “human epidermal growth factor receptor 2” (HER2, por sus siglas en inglés).
“Probamos un péptido muy pequeño y cargado positivamente en el veneno de abeja llamado melitina en células mamarias normales y células de los subtipos clínicos de cáncer de mama y descubrimos que tanto el veneno de abeja como la melitina redujeron de manera significativa, selectiva y rápida la viabilidad del cáncer de mama triple negativo y las células de cáncer de mama enriquecidas con HER2“, explicó Ciara Duffy, la doctora a cargo de la investigación, y agregó: “El veneno era extremadamente potente“.
Los primeros informes sobre los efectos del veneno de abeja se publicó en la revista Nature en 1950, donde el veneno redujo el crecimiento de tumores en las plantas.
Sin embargo, la doctora resaltó que fue solo en las últimas dos décadas que el interés creció sustancialmente en los efectos del veneno de abeja en diferentes cánceres.
“El objetivo era investigar las propiedades anticancerígenas del veneno de abeja y un componente, la melitina, en diferentes tipos de células de cáncer de mama. Nadie había comparado previamente los efectos del veneno de abeja o la melitina en todos los diferentes subtipos de cáncer de mama y células normales”, contó Duffy.
Según la investigadora, una concentración específica de veneno de abeja puede inducir el 100% de la muerte de las células cancerosas, mientras que tiene efectos mínimos en las células normales.
“Descubrimos que la melitina puede destruir completamente las membranas de las células cancerosas en 60 minutos“, informó Duffy, y explicó: “Observamos cómo el veneno de abeja y la melitina afectan las vías de señalización del cáncer, los mensajes químicos que son fundamentales para el crecimiento y la reproducción de las células cancerosas, y descubrimos que muy rápidamente estas vías de señalización se cerraron”.
La investigadora también hizo pruebas para ver si la melitina podría usarse con medicamentos de quimioterapia existentes, ya que forma poros o agujeros en las membranas de las células del cáncer de mama, lo que potencialmente permite la entrada de otros tratamientos en la célula cancerosa para mejorar la muerte celular.
En el futuro, se requerirán estudios para evaluar formalmente el método óptimo de administración de melitina, así como las toxicidades y las dosis máximas toleradas.
“Descubrimos que la melitina se puede usar con moléculas pequeñas o quimioterapias, como docetaxel, para tratar tipos de cáncer de mama altamente agresivos. La combinación de melitina y docetaxel fue extremadamente eficaz para reducir el crecimiento tumoral en ratones”, concluyó la doctora.