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Cómo utilizar las “tarjetas hidrosensibles” para realizar óptimas aplicaciones

Casafe emitió un comunicado para poder realizar una aplicación con productos fitosanitarios, teniendo en cuenta factores que inciden en los resultados como tipo de producto, tamaño y número de gotas, etc.

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“Al momento de realizar una aplicación con productos fitosanitarios, es importante tener en cuentas ciertos puntos como tipo de producto, tamaño y número de gotas, velocidad y dirección del viento, humedad relativa, temperatura, entre otros. Sin embargo así como cuando calibramos una sembradora y evaluamos la profundidad de siembra, es indispensable controlar cómo se ha calibrado la maquina pulverizadora y cuál es la calidad que hemos logrado con nuestra aplicación”, detalla el comunicado de La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE).

La tarjeta hidrosensible es una herramienta fundamental para poder lograr aplicaciones eficientes y responsables. Este material es un papel, de color amarillo, muy sensible a la humedad, que al entrar en contacto con una gota de agua o líquido, se mancha de color azul, revelando el lugar donde ha caído la gota. Su uso es fundamental al momento de realizar una aplicación ya que permite evaluar la calibración de una máquina así como comprobar la calidad de la aplicación realizada. Las tarjetas hidrosensibles evalúan la distribución de gotas, tamaño de las mismas y permiten verificar que no se hayan generado derivas. Pueden utilizarse tanto en aplicaciones aéreas como terrestres, ya sea esta última mediante maquinas pulverizadoras o mochilas.

Para realizar la prueba de calibración, las tarjetas se deben colocar a lo ancho de, como mínimo, dos pasadas de la máquina. Se ubican sobre un soporte horizontal rígido, ligeramente por encima del suelo o apenas sobre el cultivo a fin de que las gotas puedan llegar a ellas. La posición de las mismas deberá ser desde el centro de la máquina y luego distanciadas cada 2 metros a lo largo del ancho de aplicación, evitando el trayecto de la rueda en el caso de aplicaciones terrestres. En el caso de aplicaciones en montes frutales, las mismas se deberán sujetar con grampas directamente en el follaje.

Este procedimiento, que se recomienda realizar previo a la aplicación y solo con agua, permitirá conocer, al realizar las pasadas de prueba sobre las tarjetas, si la maquina ha sido correctamente calibrada, evaluando el tamaño de las gotas obtenidas, su distribución y homogeneidad.

Una vez evaluada la calibración, se podrá proceder a preparar la mezcla, utilizando el equipo de protección personal correspondiente y realizar la aplicación. Al momento de realizarla, a fin de comprobar la calidad de la misma, se recomienda colocar tarjetas hidrosensibles en lugares al azar, tanto en la parte superior, media e inferior del canopeo del cultivo. De esta forma podremos evaluar no solo si la aplicación ha llegado dentro del canopeo, sino también qué tipo de gota ha llegado, de acuerdo a su tamaño, densidad y distribución.

Un aspecto importante para el análisis de las tarjetas, es que las mismas se encuentren identificadas indicando si corresponden a tarjetas de la prueba de calibración y su ubicación dentro del ancho de aplicación (centro o extremos, izquierdo o derecho, número de pasada) o si corresponde a la prueba de aplicación, indicando su ubicación dentro del estrato del cultivo (superior, medio o inferior). Asimismo, cada vez que se manipulen estás tarjetas se deberán utilizar guantes a fin de evitar que queden marcadas y almacenarlas en bolsas selladas, sin contacto con polvo o humedad.

Una vez realizada la aplicación o la prueba de calibración, se procederá a contar las gotas en cada tarjeta. Para esto se recomienda utilizar una lupa. La misma, se debe ubicar al azar en cuatro o cinco lugares distintos de la misma tarjeta, de manera de formar una “V”, y en cada uno de ellos se procederá a contar el número de impactos visualizados, para su posterior registro. El tamaño de cada muestra deberá ser conocido, para poder calcular el número de gotas por cm2 de cada medición y estimar, con este valor, la densidad promedio de gotas para toda la tarjeta. Haciendo el promedio de los valores conseguidos para cada tarjeta se podrá calcular si la distribución del producto fue el esperado. Para evaluaciones más precisas o completas es aconsejable el uso de sistemas lectores de gotas, o programas que digitalizan y permiten obtener valores más exactos de distribución de gotas, tamaño y densidad.

La pulverización es una práctica de precisión donde es fundamental controlar que la misma se realice de la manera correcta. El uso de tarjetas hidrosensibles es indispensable para lograr aplicaciones eficientes que permitan proteger nuestros cultivos y garantizar el cuidado de la sociedad y del ambiente.

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