El pulgón es una plaga de la agricultura que se encuentra con frecuencia en los cultivos e incluso en las huertas urbanas durante el año, sobre todo en la primavera.
Para mantener al margen a este invasor, con frecuencia se utiliza el control químico. Sin embargo, existen métodos alternativos para repeler a este insecto sin ninguna repercusión ambiental.
En esta ocasión se trata de un repelente a base de ajo y agua que tiene éxito en alejar a estos individuos.
ingredientes
- Cinco dientes de ajo.
- Un litro de agua.
- Una cacerola.
- Un mortero (opcional).
LA PREPARACION
- Cortar el ajo en trozos e introducirlos en un mortero (si no se tiene uno, picarlo lo más posible con el cuchillo).
- Machacar bien el ajo cortado en el mortero.
- Una vez machacado el ajo, ponerlo en una cacerola y llenar con un litro de agua.
- Cubrir la superficie con un paño o repasador y dejarlo reposar durante 24 horas.
- Pasado ese lapso de tiempo, colocar la cacerola con agua y ajo a fuego lento durante 20 minutos.
- Apagar el fuego una vez transcurrido ese tiempo, esperar a que se enfríe el agua y colar el contenido.
- Meter el contenido líquido dentro del pulverizador.
aplicación
La aplicación debe realizarse de tres a cinco días seguidos, a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, debido a que el compuesto se degrada con la temperatura y la luz solar.
Se pulverizan las hojas, de ambos lados, especialmente la cara superior y los brotes u hojas nuevas debido a que son el blanco preferido por este individuo integrante del orden de los hemípteros.
De igual manera, se debe rociar tanto a las que posean pulgones como las que no, para que tenga lugar el efecto repulsivo del líquido asperjado sobre la posible llegada de nuevos insectos.
Debe tenerse en cuenta que esta metodología sirve como repelente pero no mata a la plaga, con lo cual sirve cuando el cultivo no se encuentra infestado, sino que albergue poblaciones bajas de esta plaga.