En Argentina, varios pequeños productores de Misiones utilizan el Supermagro como biofertilizante desde hace un par de años: tanto aquellos que trabajan en forma orgánica, como también los que están haciendo un camino de reconversión hacia esa forma de producción, sobre todo, en cultivos hortícolas.
En concreto, se trata de un biofertilizante enriquecido con sales minerales. Su empleo otorga dos ventajas muy importantes: la primera es que permite disminuir las deficiencias de micronutrientes en suelos desgastados, y por otro lado, previene el ataque de plagas y enfermedades de los cultivos.
Este abono rico en micronutrientes aporta los elementos necesarios para su crecimiento. Al ser más sana la planta, con un mayor vigor, tendrá las capacidades y defensas fisiológicas más desarrolladas para prevenir el ataque de plagas y enfermedades, evitando la necesidad de utilizar productos fitosanitarios.
Elaboración del Supermagro
Se necesita de un tambor, en lo posible con tapa hermética (pero con un agujero que le permita perder los gases de la fermentación anaeróbica) y una serie de ingredientes orgánicos y minerales.
La Red de Agricultura Orgánica de Misiones recomienda la siguiente fórmula:
• Ingredientes orgánicos: 15 kg de estiércol de ganado, 2,5 kg de estiércol de gallina u otros pequeños animales, 1 kg de humus de lombriz, 2 kg de tierra, 1,5 kg de miel de caña, 1,5 lts de leche o suero de leche, 250 g de harina de hueso o cáscara de huevo molido, 5 kg de plantas picadas (las más usadas son ortiga, ricino y/o leguminosas).
• Ingredientes minerales: 2,5 kg de polvo de basalto, 1,5 kg de fosfato de roca natural, 1 kg de conchilla fina, 1 kg de sulfato de zinc (ZnSO4), 750 g de bórax (H3BO4), 750 g de sulfato de magnesio (MgSO4) o magnesita calcinada (MgO), 150 g de sulfato de manganeso (MnSO4), 150 g de sulfato de cobre (CuSO4), 50 g de sulfato de cobalto (CoSO4), 50 g de sulfato de hierro (FeSO4). De ser necesario se puede agregar también molibdeno y vanadio.
Preparación
Todos estos ingredientes se deben mezclar bien en el tambor, tomando la precaución de colocar el borax 3 días después del magnesio para evitar que reaccionen entre sí.
Luego se completa el volumen del tambor con agua de pozo (no clorada) y se cierra la tapa colocando una manguera en el agujero respiratorio.
El otro extremo de la manguera se coloca en un balde lleno de agua. Esto es importante ya que impide la entrada de oxígeno y permite la salida de gases del tambor durante el proceso de fermentación anaeróbica (de no existir esta manguera el tambor explotaría).
Una vez completada la preparación, se deja al tambor reposar durante 6 a 8 semanas evitando ubicarlo a pleno sol. Según las temperaturas, el fertilizante tarda más o menos tiempo en completar su preparación.
Durante este período, las bacterias en los ingredientes orgánicos (sobre todo las del rumen que son anaerobios), integran las sales minerales en moléculas más grandes y orgánicas.
Se forma con el tiempo en la superficie del líquido una película que contrarresta bastante bien la oxigenación de la mezcla. Pasado el tiempo de reposo y “digestión”, el fertilizante se encuentra en condiciones de ser utilizado.
Modo de uso
Este biofertilizante puede utilizarse en cualquier sistema productivo que presente deficiencias minerales y problemas de fertilidad en sus suelos.
Para su pulverización, se diluye el fertilizante en una proporción que puede variar entre el 1% y el 5%. La solución se puede utilizar como abono foliar orgánico en huertas, frutales, plantaciones agrícolas anuales, pastizales y flores y plantas
Otra manera de aplicarlo es a través del riego por goteo o por inundación (como en el caso del arroz).
Su uso es muy interesante para enriquecimiento de semillas, las que se impregnan con el líquido puro antes de la siembra. Una vez utilizado todo el líquido, los restos sólidos del Supermagro, pueden integrarse a un compost.