El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, fue noticia a mediados de esta semana cuando instruyó a la Fiscalía de Estado de esa Provincia para que interponga, ante la Corte Suprema de Justicia, una cautelar ambiental requiriendo la entrega inmediata del caudal mínimo permanente del Río Atuel de 3,2 metros cúbicos por segundo en el límite interprovincial entre La Pampa y Mendoza.
La realidad es que el panorama de las cuencas de los ríos que comienzan su curso en la cordillera y luego lo continúan hacia el este de la Argentina, es preocupante.
La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) publicó datos tomados de diversas fuentes públicas que muestran cómo los ríos cordilleranos de Mendoza, San Juan y La Rioja están sufriendo bajantes de consideración.
Poca nieve
En primer término, la ORA exhibe datos del Observatorio de Nieve en el que se muestra que en todas las cuencas los porcentajes de cobertura nívea son inferiores a los normales a lo largo de casi todo el invierno.
Por ejemplo, el gráfico que se copia a continuación corresponde precisamente a la cuenca del Río Atuel (Mendoza), pero es similar para el resto: cobertura (celeste) inferior al promedio (rojo) durante el invierno 2021, con un leve repunte a inicios de primavera, cuando la cobertura alcanzó valores normales, aunque con escaso espesor.
“La estimación de superficie media cubierta por nieve en enero-febrero de 2022 en la cuenca del Atuel alcanza los 36 kilómetros cuadrados (km2), cuando el promedio histórico (2000-2022) es de 188 km2. Esto es, la de enero-febrero representa un 19% de la normal”, dijo la ORA.
Caudales
La consecuencia de esta situación es que los caudales actuales de los ríos cordilleranos están a menos de la mitad de su promedio histórico para esta época del año, como lo muestran los datos del Boletín de Información Hidronivometeorológico del Departamento General de Irrigación de Mendoza, al 9 de marzo pasado: