Un incorrecto manejo de alimentación de las vacas lecheras durante el verano potencia los efectos negativos del estrés por calor. Estos efectos no sólo repercuten en la producción de leche sino también en la eficiente utilización de los alimentos.
Para minimizar el impacto negativo del estrés por calor se pueden implementar algunas estrategias de alimentación.
Organizar horarios de pastoreo para maximizar la eficiencia de cosecha de las pasturas. Si bien la producción de las pasturas en verano no es una limitante en sí misma de hecho el consumo se encuentra restringido.
La oportunidad del animal para cosecharlas se ve restringida a las horas en que se encuentra confortable para hacerlo. Pastoreos nocturnos y de madrugada favorecen el consumo de pastura y aumentan la eficiencia de cosecha. Ofrecer alimentos para cubrir los requerimientos del animal sin aumentar la temperatura corporal. Durante las horas de sol cuando las vacas no pastorean es el momento para suministrarles suplementos que equilibren la dieta y ayuden a mantener un balance energético positivo del animal.
Gustavo Malem
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